Benjamín Trujillo. Foto Eduardo Castro
Carlos Jesús Pérez Simancas

Por Carlos Jesús Pérez Simancas.- Y aquí estoy, sentado a la orilla de este mar intranquilo que desde hace días se mece de manera desordenada dando saltos sobre las piedras de la escollera. Quizás barrunta que su amigo ya no vendrá a contarle sus más íntimos secretos o mostrarle lo aprendido por esos caminos de La Gomera. Yo creo que este rincón de la orilla se ha quedado mudo, triste y sin el compás que marcaba cada viernes su creador. Desde esta orilla y cada semana, Benjamín Trujillo lanzaba una botella al mar de las redes con un mensaje dentro.

Él desde este lugar escribía, más bien describía, con la disciplina de un pintor paisajista las historias de su isla, La Gomera.

Historias de un ayer no tan lejano, de sus paisanos gomeros, propios y extraños, coetáneos que compartieron su camino.

Con los años Benjamín había ganado el aplomo de la experiencia y la serenidad de aquel que se había comprendido a sí mismo. Uno de los mayores retos en la vida es conocerse, perdonarse y levantarse diciendo aquello de: “El futuro es hoy y ahora es el ayer”. Trasladó esa sabiduría a quienes le leían. Sus historias eran amenas y siempre con una moraleja. Si yo tuviera que resumirlas lo haría simplemente como: vive el momento y deja tu mejor huella en la vida. Y él supo hacerlo con valentía.

Y es que Benjamín, con sus historias nos dejó un legado inspirador para muchos. Una ventana abierta a ver la vida desde otra perspectiva aunque la orilla fuera siempre la misma.

En lo personal me encantaba su manera de narrar sus recuerdos o sus descubrimientos por la isla del Garajonay. Tenía una manera muy sutil de explicar sus sensaciones que te hacían que te unieras a su historia de una manera íntima. Tuve el placer de poder decirle que me gustaba mucho su faceta como articulista, como entrevistador. Hablamos de llevar sus artículos un poco más allá. Pero la vida nunca tiene tiempo suficiente para que podamos hacer todos nuestros planes.

Echaré de menos nuestras improvisadas tertulias, echaré de menos sus crónicas. Confío que desde otra orilla este ya creando, conociendo y sorprendiendo como hizo con nosotros. Seguramente en su camino ya está deteniéndose, observando y aprendiendo cosas nuevas para contarlas a todo aquel quiera conocerlas.

¡Hasta siempre, Benjamín Trujillo! Fue un placer haberte leído.

Nota de la redacción: Agradecemos el artículo de opinión que nos remite Carlos J. Pérez Simancas y deseamos incorporar al mismo, todos los artículos que ‘Desde la Orilla’ remitió Benjamín Trujillo a Gomeranoticias para que queden a disposición de sus (nuestros) lectores.

 ‘Desde la Orilla’

Paseo por el amor y la muerte

Bancos y atracos

BBC (bodas, bautizos y comuniones)

Caminos, puertas y sorpresas

El último barbero de la Villa

Pueblo chico ¿infierno grande?

Amores del tercer milenio

Dos caras en una bahía

La amistad y el tiempo 

Sonrisas, cholas y risas

La Patria. La Memoria

Las bocas ausentes

París año 1976

El cine de cada uno

El encanto de los hombres callados

Una noche en Agulo

Volcán, Televisión y Solidaridad

Un domingo de ahora

Manolo Damas: el médico discreto

Septiembre

Vacaciones

El amor y los higos de leche en las medianías del sur

Demonios en el Paraíso

Los sueños de Román

Una mañana cualquiera

La niñez, San Juan y la Casa de la Cabra

Los del Norte (2): Hermigua, belleza con orgullo

Algunos tiempos tristes

Se me van los pies

De Gira

El Palo Rojo: La Frontera