Emiliano Coello

El Consejo Insular de Aguas, con la colaboración del Ayuntamiento de Vallehermoso, se encuentra analizando tanto la red de abastecimiento como los depósitos del municipio, con el objetivo de evaluar las posibles pérdidas que se puedan estar produciendo. Un trabajo que también se acometerá en el resto de los municipios y que fue acordado tras la reunión celebrada en el mes de febrero el Cabildo Insular de La Gomera.

Emiliano Coello, alcalde de Vallehermoso, señaló “la importancia de esta actuación, ya que va a permitir dotar a este municipio de un documento muy potente para poder actuar ante las pérdidas de agua en red o aquella que está dejando de facturarse”. Un trabajo que va a permitir al municipio contar con un programa de actuaciones que deberán priorizarse posteriormente, “en función de la urgencia y la inversión disponible”, aseguró.

Así, para controlar las pérdidas de la red se están realizando controles de caudales nocturnos, cuando menor consumo existe, mediante la instalación de sensores y medidores de caudal. En este sentido, en base a los primeros cálculos se estima que las pérdidas rondarían entre el 20 y el 30 por ciento.

Otro de los aspectos en los que se está haciendo más hincapié es en el chequeo a todo el parque de contadores y donde se está constatando el problema existente con la antigüedad de los dispositivos instalados. Esta circunstancia provoca que algunos no funcionen y otros registren cifras por debajo de de los consumos reales, lo que supone un perjuicio económico importante para el conjunto de los usuarios de la red.

También los depósitos de agua están siendo objeto de revisión para localizar fugas o filtraciones y que se están controlando mediante el cierre de las llaves de entrada y la medición de los niveles.

Finalmente, el alcalde del municipio de Vallehermoso ha querido avertir del mal uso que se está haciendo en algunos casos del agua potable, utilizándola para regar jardines o vehículos y que se hace más evidente en algunos núcleos poblaciones. Es por ello que Coello solicitó un uso racional puesto que esta agua “cuesta elevarla, clorarla y transportarla, además de ser un bien escaso”.