CRISTINA G. LUCIO.- Tras casi un mes ingresada y 25 días aislada,la auxiliar de enfermería Teresa Romero ha sido dada de alta hoy tras superar la infección por el virus del ébola. El mismo día de su alta médica ha querido dar una rueda de prensa en la que ha sido recibida con aplausos y coreando su nombre. Teresa ha querido reivindicar la calidad de la sanidad española,»tenemos una gran sanidad» y un «personal abnegado» que «pese a la nefasta dirección política» es capaz de «obrar milagros».
Sin riesgo ya de contagio,tal y como han confirmado sus médicos horas antes,Romero ha manifestado su cansancio que no le ha impedido dar las gracias al equipo hospitalario y a todas las manifestaciones de cariño que se han producido durante su ingreso.
También ha agradecido la labor de los medios de comunicación gracias a los cuales,asegura,se ha conocido la enfermedad,»que no había importado al mundo occidental hasta que el contagio ha llegado aquí y lo fue a través de mí».
«No sé lo que falló,ni siquiera sé si falló algo… Sólo sé que no guardo rencor,ni reproches. Pero si mi contagio sirve para algo,para que se estudie mejor la enfermedad y pueda ayudar a encontrar una vacuna o si mi sangre sirve para curar a otras personas,aquí estoy»,ha afirmado durante su primera comparecencia pública en la que ha leído una declaración emocionada e interrumpida en ocasiones por los aplausos de los profesionales sanitarios y periodistas presentes en la sala.
«Cuando me veía morir me aferraba a mis recuerdos,a mi familia,a mi marido,al que adoro; yo me encontraba aislada. No tenía más contacto del exterior que el que tenía con Javier,a través del teléfono,y del cariño de los profesionales»,ha explicado.
«Estoy deseando encontrarme con la hermana Paciencia. Nunca le estaré lo suficientemente agradecida»,ha afirmado en relación a que la religiosa fue,junto con otra misionera,la que le donaron su plasma para combatir la infección. Las dos religiosas habían superado la enfermedad y contaban en su sangre con anticuerpos que fueron administrados a Romero durante su convalecencia. Además del plasma,Teresa también recibió un cóctel de fármacos,entre ellos un antiviral,para evitar la replicación del virus y ganar tiempo para que su cuerpo combatiera al mortífero virus.
«Me ofrecí voluntaria para ayudar aun a riesgo de poner en peligro mi vida». Por eso,asegura,que donará su sangre para que pueda ser utilizada para otros pacientes.
Romero ha agradecido la labor del equipo médico,enfermería ,auxiliares,personal de limpieza y a todo aquel que ha participado en su curación y tratamiento. También ha querido tener un recuerdo para sus vecinos,a quien les desea de nuevo su tranquilidad después de los días de agetreo que han tenido debido a su infección.
La auxiliar ha remitido a sus abogados para que sean ellos quienes informen de los pasos que van a seguir ella y su marido.
«Ahora es tiempo para descansar y para recuperarme»,ha concluido Teresa su intervención.
Teresa ha recibido el alta hospitalaria después de recuperarse de las secuelas que le había dejado el ébola,virus con el que se contagió tras atender al misionero Manuel García Viejo. El pasado sábado,en torno a las 17.00 horas,Romero abandonó la habitación de aislamiento de la sexta planta en la que se encontraba desde el pasado 6 de octubre,cuando se confirmó el positivo por ébola. Las últimas pruebas mostraron resultados negativos de los fluidos corporales de la paciente,y fue trasladada a una habitación convencional para continuar en observación rutinaria.
Ahora,tras su alta,la habitación donde estuvo ingresada será biodescontaminada. Se utilizará «tecnología con vapor de peróxido de hidrógeno (tecnología VHP),que genera vapor seco de alta potencia capaz de provocar una muerte biológica en un corto espacio de tiempo»,ha informado hoy en un comunicado el Hospital Carlos III-La Paz.
De esta manera,la planta seis quedará liberada y se realizará obras de mejora y ampliación de las esclusas en cuatro habitaciones.
El personal sanitario estará en vigilancia activa (medición de la temperatura corporal dos veces al día y alertar en caso de superar los 37,7 grados) durante los 21 días posteriores a su última exposición,que cuentan a partir del 1 de noviembre,día en que se levantó el aislamiento a Teresa. Así,los controles finalizarán el día 22 para el equipo asistencial,el 25 para el personal sanitario que entró ayer a realizar la limpieza de la habitación y el 26 para el personal de la empresa de biodescontaminación.