Ardua tarea engarzar palabra tras palabra para expresar mis sentimientos. Ante tu ausencia y con el mayor de los respetos,bolígrafo en mano,he tenido que rehacer y volver a rehacer este humilde texto,en definitiva,sólo pretendo evocar su memoria y su recuerdo y expresar mi humilde reconocimiento a una persona entrañable.
¿Cómo tejer las palabras idóneas que definan su calidad y calidez humana?
Hilvanando pensamiento y pensamiento me sonrío al intuir que encontré el vínculo que cimentó nuestra amistad. Me refiero al entusiasmo y entrega que manifestamos ante la naturaleza,y por extensión al cultivo de la tierra,alimento de nuestro día a día.
Ya lo dice el refranero popular: » Sembrar para recoger»; y ésa fue su constante a lo largo de su vida.
Será en La Lomada donde halla el enclave para solidificar junto a los suyos vuestro hogar,hogar donde siembras valores y principios inamovibles,hogar donde el viento lejos de dañar unifica y fortalece los lazos familiares.
Sembró amor,cultivó amor y amor recogió
Fui testigo directo del calor que sólo las personas elegidas transmiten aún al final de sus días,ya que compartía habitación hospitalaria junto a mi querida madre. Sin ser consciente,tu ternura servía de consuelo a hijos,nietos,yernos,nueras y muchas amistades,quienes lejos de lamentar agradecían y valoraban su compromiso,su esfuerzo y su lucha durante toda una vida .
Gracias por su constante ejemplo; es su verdadera herencia y lo que te hace inmortal ante los ojos y el corazón de quienes tuvimos el gran honor de conocerte.
Con estas breves líneas quiero mostrar mi reconocimiento personal a una de esas personas que a lo largo de muestra vida dejan una huella profunda y la sensación de determinados valores se pueden adquirir a lo largo de nuestra intensa y estresante vida .
Hasta siempre amiga Balbina.
Antonio Luis Arteaga Santos