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La Lomada de Tecina: La ‘florida’ del emporio Olsen en La Gomera

Centro de Estudios e Investigaciones Oroja (CEIO).- Aportamos un nuevo capítulo de la serie «Territorio gomero» referido, en esta ocasión, a la lomada de Tecina, piedra angular del asentamiento de la familia Olsen en La Gomera. De ahí el calificativo de la «florida», por identificarla como la tierra «escogida», como el «jauja» de este grupo familiar –disgregado actualmente en un complejo entramado empresarial entre sus herederos- que echó raíces en la isla en los albores del siglo XX. La información que manejamos sobre la implantación y desarrollo de este grupo en la isla es muy abundante (recogida extensamente en la bibliografía citada al final), por lo que planteamos este breve artículo como unajustado resumen de un dilatado proceso de apropiación del recurso tierra –también lo fue del agua- en esta zona del sur de La Gomera.

Los primeros datos de la Lomada de Tecina

Tecina es el nombre por el que se conoce a la lomada que flanquea por el Este al barranco de Santiago, situada en el extremo sudoeste del municipio de San Sebastián, dentro de lo que se conoce como comarca de Playa de Santiago.

Las primeras referencias sobre la zona las encontramos en el trabajo de la profesora Díaz Padilla. En él se menciona que Tecina, entonces conocida por “Tesine o Tesina”[1], fue un espacio que estuvo también en manos del Señorío, quien la compró a particulares con el objeto de reforzar sus posesiones en la isla:

Más bien la propiedad se verá refor­zada con el incremento de otras posesiones, como la compra efectuada en Tesine. Esta adquisición se enmarca en una coyuntura de afianzamiento y re­cuperación de la propiedad, con la institución de mayorazgos que impidan la fragmentación de la reserva señorial, y los intentos de colonización de diver­sas zonas de la isla, con objeto de detener la crisis, aumentar la población y elevar su nivel de renta,…” (DÍAZ PADILLA & RODRÍGUEZ YANES, 1990: 128, 174).

Desde el siglo XVII hasta la segunda mitad del XIX no tenemos referencias sobre el estado de su propiedad, cuando el propietario y vecino del pueblo de HermiguaDomingo Ayala y Mora la inscribe a su favor en 1861. Este señor constituyó esta finca a partir de la unificación de la parte que adquirió en herencia de su madre (Dña. Josefa Mora y Mora) con las parcelas compradas a más de treinta propietarios. Además, tuvo que asumir el gravamen de un censo de 13 fanegas de trigo que recaía sobre una porción del terreno a favor del Marqués de Villafuerte. Así se describía la finca por aquel entonces:

“Un trozo de tierra de secano donde llaman “Lomada de Tecina” que linda por el Este con el barranco de Tapahuga; al Oeste con el barranco de Santiago; al Norte con la Degollada de Ernia y al Sur con los riscos a la orilla del mar (acantilado).

Tiene una superficie de 79 fanegadas y seis almudes de la medida común del pago, equivalente a 41 ha, 73 a, 35 ca, de las cuales 54 fanegadas, seis almudes (28 ha, 50 a, 96 ca) se hallan destinados al cultivo de cereales, papas y maíz; y las restantes se hallan en el estado erial.

En el perímetro circunscrito en los linderos se halla construida una casa de alto, bajo cubierta de tejas, con 6 habitaciones y su correspondiente patio. Asimismo, existen también 4 casas pajares de piedra seca, destinadas para “Gañanía” en la época de la sementera y de la recolección, y, también, para el depósito de la paja que produce la finca. Igualmente 5 casas cueva destinadas al mismo objeto,…”.

La llegada de los noruegos y la conformación de sociedades

Posteriormente, el predio fue pasando a varios herederos, quienes lo vendieron en septiembre de 1909 a la “Sociedad Lomada de Tecina”, creada un mes antes en Santa Cruz de Tenerife. Este grupo estaba compuesto por los tinerfeños Álvaro Rodríguez López y Juan Díaz Jiménez, y los noruegos Ole Roed Thöresen y Gabriel Grönn-Nielsen, y todos mantenían relaciones en Tenerife antes de poner sus pies en La Gomera. Progresivamente, la “Sociedad Lomada de Tecina” siguió comprando tierras anexas a la finca principal, justamente los terrenos conocidos por “Remolinos de Tapahuga”, de los que se desprendió poco después.

Diez años después, y superada la coyuntura bélica de la I Guerra Mundial, se retomaron las operaciones de compra-venta de terrenos. Así, el 14 de julio de 1919, la “Sociedad Lomada de Tecina” vendió las propiedades de Benchijigua y Tecina a la Sociedad Agrícola por acciones “TheNorwegian Agricultura Company (Tecina) Limitada”, por el precio de 40.000 ptas. cada una. Esto se enmarcaba dentro de una calculada estrategia de monopolización de la tierra y el agua, dado que la producción de cultivos comerciales en Tecina exigía disponer de abundante agua, recurso escaso en esta árida zona insular. Por tanto, se apresuraron en adquirir también la hacienda de Benchijigua, puesto que en ella se encontraba uno de los manantiales más importantes de la isla. Además, en vista a los problemas que tuvo la predecesora “Sociedad Lomada de Tecina” con los tradicionales usuarios del agua del barranco de Santiago (campesinos y medianos propietarios), y que suponían un freno a sus intereses, el grupo noruego solucionó el asunto de raíz, esto es: comprando los terrenos donde fluía el agua.

Entre enero y abril de 1924, la sociedad “TheNorwegian Agricultura Company (Tecina) Limitada” vendió estas y otras fincas (un total de 77) a la recién creada “Comunidad de Bienes Tecina”, que no era más que una agrupación de las dos empresas anteriores.

Empezando la década de 1930 se abrió un largo y complejo proceso de compra-ventas de acciones que derivó en la disolución de la Comunidad una década después. Era el período de adelgazamiento de las inversiones extranjeras en Canarias a causa de los efectos derivados del Crack del 29 y la Guerra Civil Española. Fue precisamente el 21 de agosto de 1940 cuando se suscribió por los interesados un documento privado para extinguir la «Comunidad de Bienes Tecina», aunque ésta permaneció subsistiendo, de manera simbólica, hasta mediados de los años sesenta, cuando se registraron de forma definitiva todas las segregaciones de fincas a sus nuevos titulares. Desde ese momento quedaron en activo los dos grandes grupos que se repartieron el control de la comarca hasta los años 80: la sociedad «Álvaro Rodríguez López S.A.» (dirigida por Conrado R. L. tras el fallecimiento de su hermano Álvaro en 1958) y la “Agrupación Noruega S.A.”, dirigida por Thomas Olsen. Ambos grupos fueron, al mismo tiempo, dilatando sus respectivos dominios con la adquisición de tierras en las lomadas de Alajeró.Esta concentración fundiaria coincidía con el período de liberalización de la economía española iniciado en 1959 con el Plan Nacional de Estabilización Económica. España, y en concreto, Canarias, se abría de nuevo a las inversiones extranjeras.

Patrimonio parcial de las empresas Álvaro Rodríguez López y Agrupación Noruega en 1957

Ambas empresas llegaron a hacer de la comarca de Playa de Santiago un verdadero protectorado, y fueron los promotores principales de la alteración geoeconómica que imperaba hasta los años 50en la isla. La hegemonía socioeconómica de la que disfrutaron históricamente los valles del Norte había quebrado una vez que estos agentes pasaron a operar con mayor intensidad en aquel enclave sureño. La intensificación de la producción en las fincas situadas en Tecinay en las lomadas de Alajeró, y de la factoría de pescado de “Santa Rosa de Lima” (de Álvaro Rodríguez López) ampliaron extraordinariamente la oferta productiva de la zona. En el caso concreto de Tecina, se plantaron cereales, tomates, papas, plátanos y otros frutales y hortalizas, siendo la fincamás destacada de todas las que tenían los noruegos en la comarca.

 

Monopolio de la propiedad y cambio de usos del suelo

Ya en la década de los 70`s la empresa canaria comenzó a mostrar signos de decadencia. El 9 de noviembre de 1976 falleció Conrado Rodríguez López, dejando como únicos herederos a su esposa y tres hijos, quienes comenzaron a vender algunas de las propiedades recibidas. La irrupción de la crisis mundial de 1973 debió de ser también un contratiempo al sostenimiento de lo que parecía derrumbarse:

El ocaso de su extraordinaria actividad empresarial se acusó a partir de mediados de la década de los setenta con en el cese de actividad de la finca de Tecina, las fábricas de conservas y salazones en Alcalá (Sur de Tenerife) y Playa de Santiago (La Gomera) y la posterior enajenación de otras propiedades.”(DÍAZ LORENZO, 2004: 12).

La familia Rodríguez López, acosada por las deudas, tuvo que hipotecar gran parte de su patrimonio “en garantía de diversos créditos, por pólizas de préstamos, efectos potestados, descubiertos en su cuenta corriente, préstamos en divisas, riesgos por vencer, papel comercial, intereses pendientes, avales prestados y gastos devengados«. Ese patrimonio incluía multitud de edificaciones (viviendas, talleres, establos, etc.), infraestructuras hidráulicas (canales, tomaderos, estanques, etc.), concesiones de aprovechamientos de aguas y otras construcciones.

La solución para salvar la deuda contraída pasó, entonces, por la venta de propiedades, y la mayoría fueron adquiridas por varias empresas dependientes del grupo Olsen[2] que, desde esos momentos, había comenzado su política de reestructuración económica con la que fue dejando al margen la actividad agrícola para orientarse, definitivamente, hacia el sector servicios (transporte marítimo y turismo). Concretamente, desde mediados de los años 80 la empresa vio la oportunidad de transformar sus fincas rústicas a urbanizables con el objeto de introducirse en el negocio turístico-inmobiliario. En una entrevista al que fuera director general de Fred Olsen S.A, Guillermo Van de Waal, éste decía:

Respecto a Fred. Olsen, que se dedicaba al plátano y también tenía numerosos invernaderos con pepinos, llegó un momento en que se dio cuenta de que la agricultura no daba más de sí. Entonces fue cuando se comenzó a plantear desarrollar una nueva actividad y surgió la idea del turismo.”[3].

Con su poderío empresarial y, sobre todo, por el monopolio que tenía sobre el suelo, sólo le faltaba buscar la forma para dar cauce a sus propuestas. Y esto se lo proporcionaba el marco legislativo que, por medio del planeamiento, permitía llevarlo a término. Así, la empresa comenzó en 1976 los contactos con el ayuntamiento de San Sebastián para financiar de manera unilateral el planeamiento que permitiese desarrollar urbanísticamente sus propiedades en la zona. Pero en ese momento no pudieron sacar adelante sus iniciativas, posiblemente, porque eran los años de la crisis inmobiliaria acaecida tras el primer periodo expansivo de 1968 a 1973. Fue a posteriori, en el contexto de la segunda etapa de crecimiento (1985-1989), cuando materializaron su primera gran promoción: el Hotel Tecina, que venía a ser la primera piedra del ideal que tenían previsto en la zona:

Aunque lo inauguramos en 1987, todavía se sigue trabajando hasta completar el gran proyecto de la Lomada del Tecina, que creo que se culminará en 6 u 8 años. Así, pese a que se ha construido el campo de golf y ya está encarrilado el pueblo Don Thomas, aún hay mucho por hacer.” (Ibid.).

Desde entonces, la urbanización de la lomada continuó su proceso contando con la estimable cooperación del ayuntamiento capitalino, articulando el llamado «planeamiento a la carta» por medio de los convenios urbanísticos y las modificaciones puntuales, los dos mecanismos principales empleados por la propiedad para materializar sus iniciativas turísticas-inmobiliarias en la zona y seguiracumulando beneficios bajo nuevas formas de explotación del suelo.

Notas

[1]“Es de señalar también que en los documentos más antiguos se suele emplear especialmente la forma Tesina, con s; en cambio, a medida que nos acercamos a la actualidad, el modelo Tecina, con c, se ha ido imponiendo, de manera que hoy en día tiende a ser el dominante en las fuentes escritas. Sin embargo, la gente pronuncia Tesina y probablemente ha sido así desde tiempo inmemorial, por lo que hemos de considerar a la forma Tecina como un modismo hiperculto,…” (PERERA LÓPEZ, 2005: 137, Vol. 17).

[2] Las propiedades en el sector de SanSebastián las adquirieron la Compañía Mercantil Tapahuga de Inversiones S.L. y laEntidad Mercantil Agrupación La Candeur S.L. Y en la zona de Alajeró fueroncompradas por la Entidad Mercantil Punta Verde S.A. y la Compañía MercantilHispano-Noruega S.A.Ésta última, generada en 1975, absorbió a las otras tres a principios de los noventa, y a finales de 1993 pasó a denominarse Fred Olsen S.A., actualmente la mayor empresa y la mayor propietaria de la isla. Para una información más detallada del proceso de reestructuración empresarial acudir a JEREZ DARIAS, L. M. (5 de Julio de 2012). La urbanización turística de Playa de Santiago: monopolización del suelo y planeamiento a la carta. http://www.ub.es/geocrit/b3w-983.htm.

[2] Periódico “El Día”, 17-02-2008. Entrevista a Guillermo Van de Waal, ex director general de FredOlsen S.A..

 

Bibliografía

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