Evitando remontarnos a tiempos pretéritos para tratar de buscar los inicios del turismo en La Gomera, creemos que es a partir de la década de 1980 cuando podemos marcar el periodo de implantación del turismo como una actividad importante dentro de la estructura económica insular. Hasta entonces, la economía gomera había basculado alrededor de la agricultura.

Sin poder afirmar con rotundidad el lugar de mayor penetración del fenómeno turístico en la isla, podemos advertir que fueron San Sebastián y Valle Gran Rey los ámbitos pioneros del desarrollo del turismo en La Gomera, proceso al que se incorporaría algo más tarde la localidad sureña de Playa de Santiago. Hasta finales de los años 60 y principios de los 70 la actividad turística en la isla se había reducido a visitas esporádicas e individuales de algún viajero que en su tránsito por el archipiélago recalaba en ella. A partir de entonces, y al calor de la expansión que se estaba generando en la vecina Tenerife, sería cuando La Gomera comenzase a recibir más visitantes, derivando en el desarrollo de las primeras iniciativas turístico-alojativas de interés, entre las que destaca el Parador Nacional de Turismo “Conde de La Gomera”, construido entre finales de los años 60 y principios de los 70. Y, finalmente, sería la puesta en marcha de la línea marítima Los Cristianos-San Sebastián por medio del ferry de la compañía Fred Olsen, la que abriese definitivamente las puertas a la llegada de una corriente más intensa de turistas a la isla.

Esos serían los antecedentes del desarrollo turístico insular que, si bien bascula sobre el tradicional modelo de «sol y playa», difiere en algunos aspectos al implantado en las llamadas «islas turísticas» de Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote (Hernández Luis, et al. 2017; Marrero y Santana, 2008). Éstas se caracterizan por su masificación, mientras que La Gomera, al igual que La Palma y El Hierro, soporta una presión turística mucho menor.

Gráfico 1. Número de turistas por islas (2018).

Pero la cercanía al principal centro turístico de Tenerife (costa suroeste), uno de los mayores de Europa, imprimen un carácter peculiar al modelo turístico gomero. La escasa distancia que separa dicho destino turístico de La Gomera (unos 30 kms.) ha favorecido la visita diaria por vía marítima de cientos de turistas, conformando lo que se conoce como «excursionistas» o «turistas de día», es decir, aquel que visita la isla por la mañana y regresa por la tarde al sur de Tenerife, por tanto, no pernocta en La Gomera. Es una categoría establecida por la OMT y que el Instituto Canario de Estadística (ISTAC) aplica únicamente para La Gomera, para diferenciarla de los «turistas», que serían aquellos que sí pernoctan en la isla y que son los que se cuantifican para el resto del archipiélago. Se trata de un flujo inexistente en las demás islas y de una magnitud considerable. Según los datos de 2018, el número de «excursionistas» fue de 299.141, frente a los 107.341″turistas», una diferencia de 191.800 visitantes. Esta peculiaridad es la que ha determinado, en gran medida, el modelo turístico de La Gomera, pues la posiciona en este aspecto como un destino complementario a Tenerife, convirtiéndola en una suerte de «parque temático» para los miles de turistas que se alojan en el sur de esa isla y que aportan muy poco a la economía gomera.

A modo de ejemplo, mencionar el caso analizado por el geógrafo Escuela Méndez sobre los excursionistas de jeep safari que visitan diariamente la isla. Según el autor, en el año 2014 el número de éstos fue de casi 34.000, es decir, un 28% del total de excursionistas que entraron en La Gomera, una cantidad nada despreciable, aunque no tanto en términos económicos y de su aportación a la economía local. De una encuesta que realizó a 40 de estos excursionistas se desprende lo siguiente:

Nivel de Gasto Nº Excursionistas %
0 Euros 14 35%
10 Euros 13 32,5%
20 Euros 6 15%
30 Euros 3 7,5%
40 Euros 0 0%
>40 Euros 4 10%

Fuente: Escuela Méndez, 2016, pp. 20.

Como se aprecia en el cuadro anterior, el nivel de gasto realizado por este tipo de visitantes es muy bajo y que intuimos que puede ser aplicable al resto de excursionistas que lo hacen diariamente en otros medios de transporte como las guaguas (tanto nacionales como extranjeros). Por tanto, hablamos de una modalidad de visitantes que es mayoritaria (frente a los llamados «turistas»), pero de escasos beneficios económicos para la isla. Se trata de un tipo de turismo «inerte», que se aprovecha de las ingentes inversiones públicas orientadas hacia la preservación de un paisaje que estas agencias venden como reclamo turístico, pero sin dar nada o muy poco a cambio. En el mismo estudio se indica que la mayor parte de estos excursionistas (el 53%) acuden a La Gomera motivados por sus «paisajes y atractivos naturales», siguiéndole en orden los «atractivos históricos y culturales» (18%). Es decir, el 71% de los excursionistas vistan la isla motivados por su patrimonio natural y cultural, para los que el Parque Nacional de Garajonay es su principal atractivo. Frente a la ausencia de otro tipo de ofertas de ocio, cultura, etc. que pueda brindar la isla, su medio geográfico es el principal reclamo desde el punto de vista turístico. Un medio geográfico de notable componente rural que ya no atiende a una faceta productiva como antaño, sino que ha pasado a convertirse en un bien de consumo turístico, como un patrimonio territorial reducido a sus valores paisajísticos y patrimoniales para el deleite de los visitantes foráneos (Segrelles, 2001: 44; Millán, 2002: 224). Sería interesante saber qué es lo que aporta al desarrollo y bienestar de las gentes que lo habitan.

Bibliografía

  • ESCUELA MÉNDEZ, R. (2016). Caracterización del visitante de un día a la isla de La Gomera: el ejemplo del jeep safari. Trabajo de Fin de Grado dirigida por el Dr. Moisés Simancas, La Laguna, Universidad de La Laguna, Repositorio institucional ULL. https://riull.ull.es/xmlui/handle/915/3621
  • HERNÁNDEZ LUIS, J. A., GONZÁLEZ MORALES, A., HERNÁNDEZ TORRES, S., & RAMÓN OJEDA, A. (2017). El impacto del turismo de masas en las Islas Canarias en el contexto de las reservas mundiales de la biosfera, Cuadernos de Turismo, 40, pp. 363-387. https://doi.org/10.6018/turismo.40.309751
  • JEREZ DARIAS, L. M. (2017). Causas y consecuencias del atraso socioeconómico de La Gomera contemporánea (1900-1980). Tenerife: Densura.
  • JEREZ DARIAS, L. M. (2012). La urbanización turística de Playa de Santiago: monopolización del suelo y planeamiento a la carta. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, XVII (983). Barcelona: Universidad de Barcelona. http://www.ub.es/geocrit/b3w-983.htm.
  • JEREZ DARIAS, L. M. (2007). La reestructuración de los espacios rurales de La Gomera: ¿desarrollo rural o profundización de la dialéctica campo-ciudad? Investigaciones Geográficas, 43, pp. 45-61. Alicante: Universidad de Alicante. https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/10195/1/IG_43_03.pdf.
  • MARRERO RODRÍGUEZ, J. R., & SANTANA TURÉGANO, M. A. (2008). Competitividad y calidad en los destinos turísticos de sol y playa. El caso de las Islas Canarias. Cuadernos de Turismo, 22, pp. 123-143.
  • MILLÁN, M. (2002). La diversificación en el medio rural como factor de desarrollo. Papeles de Geografía, 36, pp. 223-238. https://revistas.um.es/geografia/article/view/46561/44601.
  • SEGRELLES, J. (2001). El aprovechamiento postproductivista del medio rural en la actualidad. En El desarrollo rural/local integrado y el papel de los poderes locales. Nuevas consideraciones sectoriales y sus repercusiones en el territorio valenciano (pp. 43-54). Alicante: Universidad de Alicante.

Autor: Centro de Estudios e Investigaciones Oroja (CEIO).

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