El sosiego me hará libre,
me romperá las cadenas,
no propiciaré condena
aunque se haga irresistible,
pues vaya daño terrible
que infrinjo a mi corazón
si llevo hasta la sazón
esa rabia contenida
que sólo provoca heridas
a todo el mundo y a Dios.
Hay versos que no prosperan,
que los tengo engavetados,
por si son interpretados
de modo que no quisiera,
porque a mí me pareciera
que hay algo estomacal
cuando cuenta el derribar
y jamás nunca sumar
para poder levantar
lo que quisimos tumbar.
Si nos miramos por dentro
es muy posible y probable
que seamos responsables
de la crisis del momento,
que a mí no me llegue el tiempo
en el que lance la piedra,
pues velozmente regresa
al lugar donde partió
y creo que no estoy yo
para soportar la brega.
Como mi techo es de teja
evito la tentación
de lanzar un perdigón
a un tejado de la vega.
Como si fuera otra era,
recuerdo que en las lairitas
escogía las piedritas
que vuelan más que el halcón
y disparaba el 'cañón'
al pajar de la abuelita.
¡Qué fuera mala intención!
Espero que no,me digo,
yo competía conmigo
sin la consideración
que dañaba mi valor
y ahora se me asemeja.
Yo prefiero ser la oveja
al cuidado del pastor
antes que un esquilmador
que aniquiladas las deja.