Javier Morales,candidato de Coalición Canaria a las elecciones europeas.- Las instalaciones de Gorona del Viento,en El Hierro,están terminadas y listas para poder verter energía a la red,a falta sólo de definir su sistema de gestión. Por su parte,las islas de Lanzarote y Fuerteventura se sienten amenazadas por las posibles consecuencias medioambientales y económicas que sobre el turismo y la calidad de vida de la ciudadanía representan las posibles prospecciones petrolíferas próximas a sus costas.
Gorona del Viento representa el futuro,mientras que las prospecciones por las que apuesta el Ministerio de Industria y Repsol suponen un viaje al pasado cuyas consecuencias no estamos dispuestos a asumir.
Lo verdaderamente importante es que estamos en un momento de transición en el que la propiedad de la energía puede cambiar de manos. Si los actuales dueños del negocio del petróleo supieran que van a ser los dueños de las nuevas Energías Renovables,habría un inmediato desarrollo de todo lo relacionado con estas energías limpias. Lo malo para ellos es que las energías limpias,de momento,están descentralizadas.
El petróleo se acabará en unas pocas décadas,sin embargo,la energía renovable es inagotable. La energía fósil es rentable porque no paga los daños que causa a la naturaleza,como el deshielo de los glaciares,las sequías,la desaparición del hielo en los polos o el calentamiento de los océanos. Tampoco paga los problemas económicos que esta energía sucia les deja a nuestros hijos. Un modelo económico basado en energías limpias,descentralizadas,diversas,propiedad de todos y todas,y que no tenga fecha de caducidad es lo que la ciudadanía y las generaciones venideras se merecen. Ese es el trabajo que hay que hacer ahora. Lo demás son distracciones,son anécdotas.
Las tecnologías que están disponibles en la actualidad permiten a un territorio como Canarias ser autosuficiente en energía. Tenemos a nuestro alcance la capacidad para producir energía eólica con aerogeneradores; la obtención de energía fotovoltaica aprovechando techos de edificios públicos,naves industriales,aparcamientos,y hasta la superficie de las propias carreteras; la obtención de combustibles a partir de algas fertilizadas con las aguas residuales de las depuradoras; la obtención de biogás y electricidad a partir de los residuos orgánicos de granjas y lodos de depuradoras; la generación de electricidad a partir de la obtención de gas de síntesis proveniente de gasificadores alimentados por biomasa seca (maderas,explotaciones forestales sostenibles,residuos lignificados,restos de cosechas,etc.); el aprovechamiento de la energía de las olas y de las corrientes marinas; la obtención de electricidad y agua caliente a partir de energía solar térmica; la producción de energía a partir de la conversión de energía térmica oceánica (OTEC) combinada con solar térmica; etcétera.
De cada una de estas soluciones existen referencias que pueden servirnos de modelo para adaptarlos a las condiciones de nuestras islas,como la ciudad de Gussing (Austria),premiada por producir la totalidad de su calefacción y su demanda de electricidad a partir de un gasificador alimentado por madera cultivada en la zona. En Kona (Hawaii) se dispone de una OTEC de 500 KW con agua fría oceánica. En Wertle (Alemania) se dispone de una planta de 6 MW para producir gas natural desde energía eólica. Y existen muchos ejemplos más.
Canarias puede ser autosuficiente en energía destinando menos de un 4% de su territorio a ello. No pueden alegar dificultades de gestión de la energía: el almacenamiento se resuelve por medio del acúmulo de biocombustible (biodiesel,biogás,bioetanol,etc.),por medio del almacenamiento como aire comprimido,por la acumulación hidráulica en altura,o las nuevas baterías de NaS. Hoy los expertos en la materia,singularmente Red Eléctrica Española,ya reconocen que las energías renovable son gestionables.
No se puede alegar falta de recursos financieros. La financiación de las inversiones para la implantación del nuevo modelo económico y energético la podemos hacer a partir de lo que actualmente estamos pagando por la factura energética: los más de 2.900 millones de euros que salen cada año de la economía canaria. La inversión necesaria en el conjunto del archipiélago para alcanzar la autosuficiencia energética es del orden de 11.800 millones de euros. Si los 2.900 millones que abonamos cada año a otros los dedicáramos e este cometido podríamos amortizar las inversiones en un plazo de 8 a 10 años y rebajar drásticamente el desempleo. Cada canario podría ser autosuficiente en electricidad y combustibles con una inversión de 5.450 euros por habitante.
Frente a las prospecciones,el verdadero camino es cuidar el planeta,alcanzar un elevado nivel de diversidad y autosuficiencia energética,construir una economía rentable y sólida que reinvierta los beneficios de la energía en la ciudadanía,y dejar unas firmes bases para la esperanza,la igualdad de oportunidades y el progreso para las generaciones venideras. Si no cambiamos nuestro modelo económico y energético por otro más justo,creador de empleo,eficiente y sostenible,no es porque no podamos,es porque no lo decidimos.