La consejera de Desarrollo del Territorio del Cabildo de La Gomera,Ventura del Carmen Rodríguez Herrera planteó la semana pasada en Bruselas la necesidad de que la Unión Europea (UE) reconozca las particularidades de la miel de palma,uno de los productos más característicos de la isla. Sin embargo,el problema surge por su denominación que lleva a más de un equívoco. El propio Instituto de Calidad Agroalimentaria del Gobierno de Canarias ha requerido a los productores para que eliminen la mención a la miel en sus etiquetas. Ello se debe a que la norma de calidad relativa a este producto tiene por objeto definir lo que se entiende por miel y fijar las condiciones y características que debe cumplir para su presentación,comercialización y consumo en el mercado interior. Oficialmente la miel ha quedado definida como una sustancia natural dulce producida por la abeja. Sin embargo,en el caso de La Gomera se trata de un alimento que se extrae de la palmera y su producción en la Isla es incluso anterior a la primera. Ya se ha dado el caso de que algunos guaraperos han tenido que eliminar su producto del Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica de Canarias (CRAE) para evitar generar confusión,y especialmente con la producida en La Palma,donde también se registra otro conflicto con ambos nombres,tanto el de miel como el de palma.
Sin embargo,mantener la denominación tradicional,conlleva solicitar que se incluya en el catálogo de productos de origen vegetal de la UE,de forma que se contemple como excepción al producto miel. Para conseguir que esta nueva categoría sea aceptada y aprobada se ha elaborado un informe exhaustivo que justifica el uso tradicional e histórico de este producto y que se ha presentado en Bruselas. El Cabildo de La Gomera apela a que ya existen precedentes de excepciones como en el caso del vino de frutas,leche de almendras o de coco. “A nuestro entender,las normativas de calidad y etiquetado,siempre y cuando no se incurra en un fraude o se ponga en peligro la salud del consumidor,han de ser flexibles,razonables y deben proteger tanto al consumidor como al producto. Sobre todo si se trata de un alimento descrito y entendido como beneficioso para la salud que es el resultado de una excepcional cultura y una elaboración única que utiliza una materia prima endémica y que ha significado un desarrollo para pequeños núcleos poblacionales de la Isla y sus familias. Hablamos de una actividad totalmente sostenible en términos económicos y ambientales y finalmente una señal más de identidad insular en términos culturales”,indica la consejera.
Desde el Cabildo se estima que las consecuencias que puede acarrear la desaparición de este nombre en su vertiente comercial,son consideradas un riesgo para la identidad del producto y puede traer consigo pérdidas económicas para aquellas familias dedicadas a esta actividad,así como una mayor confusión en la identificación del producto. “Hay que recordar que existen alternativas para reconocer este término como una excepción y por ello,el Cabildo de La Gomera ha solicitado este reconocimiento”,indica la consejera. El viaje realizado la pasada semana por Rodríguez Herrera supuso “un primer contacto” aunque los resultados finales todavía tardarán en conocerse. “Aún así,lo cierto es que la idea les pareció interesante y en el primer trimestre de 2014 iremos a Bruselas acompañados de los guareperos para hacer valer nuestro punto de vista”. De hecho,la consejera anuncia que una vez que se reconozcan las particularidades de este producto iniciarán conjuntamente con la Asociación de Guaraperos la petición de la Denominación de Origen. El problema surge a principios de la pasada década cuando la directiva europea no incluyó esta especificidad.
“Tanto la palabra miel como palma crean conflictos de intereses con otros productores y puede provocar confusión en el consumidor. El primer término se refiere tanto al producto en cuestión como a la sustancia natural elaborada por las abejas de la que ya existen algunas denominaciones de origen. Pero esta suposición de confusión en el consumidor ha de contextualizarse e incluso ponerse en duda ya que estamos hablando de un producto tradicional y de una producción muy pequeña para su distribución en el Archipiélago y cuya denominación como miel de palma está arraigada en la cultura canaria y gomera. Por tanto entendemos que no es motivo suficiente para su desaparición y prohibición,y sí de defensa de este término agotando todas las vías posibles para su reconocimiento siempre y cuando la ley lo contemple y haya recursos disponibles para diferenciar los productos sin perder ese nombre popular”,indica la consejera. Las alternativas que se barajan son sustituir el nombre de miel de palma por sirope de palmera,pero desde el Cabildo se defiende que la primera denominación es un patrimonio cultural que se debe conservar. “La miel de palma es un producto exclusivo relacionado con la alimentación sana,ecológica,tradicional y artesanal lo que significa que cambiarle el nombre o poner obstáculos a su diferenciación,repercutirá en la valoración del producto y consiguientemente en las pequeñas empresas familiares dedicadas a su producción y envasado. Para evitarlo se debe abordar uno de los principales obstáculos que existen,el nombre”,indica por último la consejera.