El próximo 8 de julio hace 38 años de la llegada del primer buque ‘Benchijigua’ al puerto de San Sebastián de La Gomera. Un hito que marcó el desarrollo sin precedentes de La Gomera,comunicada hasta ese momento con Tenerife por correíllos que en algunos casos tardaban hasta catorce horas en unir el puerto colombino con el de Santa Cruz de Tenerife.
Según relata en su crónica “En tiempos del primer Benchijigua” el historiador,Juan Carlos Díaz Lorenzo,la situación hasta aquí traía como consecuencia “una Isla aislada y en medio de penurias de todo tipo,que había provocado entre otras consecuencias,una constante sangría migratoria desde hacía algo más de dos décadas”.
Corría el año 1973 cuando la presidencia del Cabildo de La Gomera la ostentaba Jaime Vega,que había planteado al almirante Leopoldo Boado,subsecretario de la Marina Mercante,la necesidad y posibilidad de mejorar el tráfico marítimo con un ferry que permitiera acortar el tiempo de recorrido entre las isla de Tenerife y La Gomera,recibiendo un mensaje del político estatal que fue determinante “Vayan a ver a Fred. Olsen”,según apunta Diaz Lorenzo.
Siguiendo estas instrucciones,en la Semana Santa de ese mismo año,recibe Olsen en su casa de Tecina a una amplia comisión de personalidades de la Isla. Pocas palabras se pudieron desprender del empresario noruego,sensación que causó cierto desconcierto entre las autoridades,aunque según las crónicas,tuvo “una máxima atención a aquellos planteamientos”. Tanta,que pocos días después,ya desde la capital noruega,la empresa confirmó las peticiones señalando que existía ya un proyecto de un barco de menos de mil toneladas de registro bruto. Ese mismo año de 1973 se firmó el contrato de construcción con los astilleros Trondhjems M/V por un importe de 173 millones de pesetas que se afrontaron por esta empresa privada sin ningún tipo de subvención,sin ayudas oficiales “frente al trato privilegiado que entonces recibía la compañía naviera de soberanía nacional”.
Tradición de la B
No se discutió poco para decidir el nombre de la embarcación,aunque existía una condición previa,que consistía en que cumpliendo la tradición de la flota de Fred Olsen,el buque tendría que tener la consonante B. En este sentido,se buscó en la toponimia de la Isla y la elección de Benchijigua,aunque en principio fue un nombre cuestionado por la dificultad de pronunciamiento para los foráneos,fue la definitiva.
Finalmente resultó un buque de 887 toneladas de registro bruto,360 netas y 321 de peso muerto,con unas dimensiones de 68 metros de eslora,11,51 de manga,4,50 de puntal y 3,29 de calado. Propulsado por dos motores,con una potencia de 2.310 caballos acoplados a sendos ejes con hélices de paso variable del sistema Kamewa,que le permitía mantener una velocidad de crucero de 14,5 nudos.
El Benchijigua fue matriculado en el puerto de San Sebastián de La Gomera,su capacidad fue de 399 pasajeros y 67 coches. Según Juan Carlos Díaz,“De elegante línea marinera,enmarcada en un casco de ajustada proporciones,proa lanzada y dos chimeneas paralelas a cada banda,en la cubierta principal tenía un gran salón y otro muy coqueto situado debajo de la cubierta del garaje,así como un solárium que hacía los delicias a los turistas”.
El barco se hizo a flote en los primeros meses de 1974 “cuando ya se encontraba en Noruega la primera tripulación del barco,al mando del capitán Miguel Ángel Sánchez Conejo y del jefe de máquinas José García Oliva,quien ocuparía,durante varios años de su intensa vida profesional en Fred. Osen el puesto número uno en el escalafón del personal de Flota”.
Diversas personas fueron las responsables de tramitar la documentación y realizar todas las gestiones administrativas para permitir la incorporación a la ruta del nuevo Benchijigua. Destaca el historiador entre otros a Tomás Cerdeña Brito,delegado y consignatario en La Gomera y Laly Hernando,primera trabajadora del personal de tierra de la Naviera,que tuvo entre otras la responsabilidad de preparar la oficina de ventas y de atención al público ubicada en la calle Goya.
El 8 de julio de 1974,a las siete de la mañana,comenzó su andadura. Aquel día se “había producido un nuevo episodio en la historia de La Gomera” Comenzaba la modernidad,el trayecto duraba 80 minutos a bordo de un buque confortable” y con un servicio a bordo inimaginable tiempo atrás.
El buque permitía además algo vital como que una ambulancia pudiera evacuar a un enfermo grave,en viajes que muchas ocasiones se realizaron de forma extraordinaria fuera de los horarios previstos solo para este fin y sin coste alguno,consiguiéndose en varias ocasiones salvar incluso vidas.
Comenzaron entones las excursiones de turistas por un día. Se contrató una guagua para el trayecto Tenerife sur hasta Santa Cruz y a partir de ese momento,los gomeros residentes en la vecina Isla,tuvieron más cerca la suya dando posibilidad al reencuentro con sus familiares con asiduidad. La demanda fue tal,que en algunas ocasiones llegaron a realizarse hasta cuatro trayectos de ida y vuelta diariamente.

Díaz Lorenzo señala que “en apenas cinco años,el proyecto de Ferry Gomera se había consolidado plenamente. Hasta el extremo de que en 1980 llegó el momento de su necesario relevo,por un barco más grande en todos los sentidos,que lo sustituyó en octubre del citado año.
En junio de 1982 el viejo buque fue vendido a la compañía islandesa H/F Skallagrimur,con sede en Akranes,siendo abanderado en la matrícula naval del citado país y rebautizado con el nombre de Akraborg,cubriendo una línea regular entre el citado puerto de su matrícula y la capital del país,Reykjavik.

En 1998 pasó a la titularidad de la entidad Slysavarnafelag,siendo asignado como buque de entrenamiento del Centro Nacional de Seguridad Marítima y Salvamento de ese país bajo el nombre de Saebjorg.
Datos obtenidos de la crónica ‘En tiempos del primer ‘Benchijigua’ de Juan Carlos Díaz Lorenzo.