De nada han servido las reclamaciones de los usuarios,las reuniones con los afectados,ni la cesión de terreno donde trasladar las antenas,ni siquiera que el Ayuntamiento les presentase un proyecto viable para la reubicación de las mismas. Nada de nada. Telefónica quiere castigar al municipio por haber tenido “la osadía” de denunciar unas instalaciones ilegales que utilizaron durante más de una década. Ahora llevamos más de 6 meses sin cobertura por la sencilla razón que Telefónica no quiere resolver este problema,no vaya a ser que el ejemplo se extienda por otros lugares de Canarias,como así parece ser.
Claro está,que esto jamás ocurriría en una ciudad medianamente poblada,porque ahí las operadoras luchan a muerte por hacerse con el mercado,y además los medios de comunicación no permanecerían impasibles ante ese hecho. Sin embargo en Valle Gran Rey es diferente y pueden ejercer su poder sin que nadie les reclame,bueno,cuando les reclaman echan la culpa a los vecinos o al ayuntamiento por denunciar las antenas ilegales.
A día de hoy,resultaría imposible cuantificar los daños que la actitud de esta empresa está causando en la pequeñas explotaciones turísticas,comerciantes,empresas de transportes,..etc. amén del daño irreparable causado a la imagen presente y futura del municipio.
Basta darse una paseo por el pueblo para ver el “buen hacer” de esta compañía en Valle Gran Rey,pues el castigo no sólo afecta a la cobertura de la zona baja,pues la zona alta la han dejado sin conexión ADSL,un servicio que ya llega hasta las áreas menos desarrolladas del planeta,pero del que no dispone gran parte de los vecinos del pueblo. Eso sí,afortunadamente,aún contamos con el teléfono fijo,aunque para ello las líneas tengan que estar sujetas a postes de electricidad,palmeras,cualquier árbol frutal que quede a tiro,o como en algunos barrios de Guadá tiradas por el suelo. …. igual que las esperanzas de los vecinos.
José R. Pérez.