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Esta semana se ha celebrado el Día Mundial del Medio Ambiente y el Día Mundial de Los Océanos, dos citas que quedan fijadas en el calendario para recordarnos la importancia de cuidar nuestro entorno y de concienciar a la ciudadanía para que, a través de sus buenos hábitos contribuya a un desarrollo más sostenible, basado en la economía circular.

La Gomera es una Isla que respira naturaleza y su pulmón principal se encuentra en el Parque Nacional de Garajonay, que derrocha vida en sus cerca de 4.000 hectáreas. Sus bosques de laurisilva nos trasladan a la época del terciario y al tratarse de un lugar en el que se concentra un alto valor natural no es de extrañar que haya sido nombrado Parque Nacional por la Unesco.

Consciente de que se trata de una auténtica joya ecológica, el Cabildo de La Gomera junto con otras instituciones ha impulsado el ambicioso proyecto Life Garajonay Vive, con el firme propósito de salvaguardar este espacio natural, al tiempo que se llevan acciones para planificar y recuperar las zonas dañadas por el incendio de 2012.

Este proyecto, que comenzó su andadura hace ya cuatro años y está llegando a su recta final, ha puesto en marcha numerosas iniciativas encaminadas al cuidado de este enclave único, lo que conlleva un exhaustivo estudio de análisis e investigación para detectar todas las posibilidades de preservación de su biodiversidad.

Para el presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo este plan ha contribuido de forma notoria a impulsar medidas innovadoras, así como a renovar las que ya se venían haciendo para garantizar la conservación de uno de los espacios naturales más importantes del mundo. “Tenemos que cuidar y mantener la vegetación y riqueza natural del parque entre todos, ya que es patrimonio de todos”, indica.

Curbelo hace un llamamiento a la ciudadanía para que contribuyan a preservar el entorno rural y urbano, y se sumen a las numerosas acciones que ha puesto en marcha la Institución insular como la puesta en marcha esta semana dirigida a erradicar el plástico de la Isla. Además, invita a residentes y visitantes a acudir el próximo martes, 12 de junio, a la conferencia ‘Naturaleza amenazada de La Gomera’, a cargo del director del Parque Nacional de Garajonay, Ángel Fernández.

Durante estos cuatro años, Life Garajonay Vive ha albergado la elaboración de un plan de defensa frente a posibles riesgos, como los incendios, con la involucración tanto de las instituciones como de la propia población. Las numerosas iniciativas puestas en marcha abarcan exposiciones y documentales, el diseño de una página web y el intercambio de experiencia con otros lugares del mundo en el que se han desarrollado experiencias similares. En el mes de noviembre, tendrá lugar un congreso que servirá para hacer balance de los trabajos desarrollados y sentar las bases para las tareas venideras.

A día de hoy, se puede avanzar que durante los últimos años se ha llevado a cabo la plantación de alrededor de 70.000 ejemplares, con lo cual se ha alcanzado el objetivo planteado en un principio. Este dato supone que se ha compensado el número de plantas que han muerto debido a la acción del fuego a lo largo de este período de tiempo. 

En estos momentos se ha dado por concluido casi el 100% de la aportación del Cabildo a este proyecto y cerca de 85% al de las otras instituciones como son los ayuntamientos de Valle Gran Rey y Vallehermoso, el Gobierno canario y el central, la Unión Europea (UE), Universidad de La Laguna (ULL) y la empresa pública Tragsa. El presupuesto total ha superado el millón y medio de euros, financiados en un 50% con fondos llegados desde Bruselas.

El consejero insular de Desarrollo, Alfredo Herrera, subraya que en este tiempo han trabajado en el control de las especies asilvestradas. “Auténtico peligro para este espacio natural único”. Explica que ahora se trabaja con el Gobierno canario para llevar a cabo esta acción de dos maneras diferenciadas. Por  un lado, a través de las apañadas que abre la posibilidad a que los ganaderos puedan hacerse con este ganado, siempre y cuando se cumplan determinados requisitos, especialmente sanitarios. Y por otro, por medio de cacerías, tal y como se ha desarrollado en otros puntos del Archipiélago para controlar las poblaciones de muflón o arrui.

Herrera aclara que desde el Cabildo también se ha trabajado con el equipo que desarrolla el plan en todo lo que tiene que ver con la prevención de riesgos, tales como los incendios. Por ejemplo, en la protección de las viviendas aisladas y en la conciencia de la sociedad. “De esta manera, se está preparando a un grupo de voluntarios en El Cercado que podrá actuar en un primer momento”, matiza. También se está trabajando en la ubicación de cañones de agua en lugares sensibles y con una ubicación fija, a la vez que el Cabildo ha adquirido otros móviles.

A pocos meses de que el proyecto llegue a su fin, sus impulsores consideran que se han obtenido ya unas bases de conocimiento óptimas para diseñar estrategias de restauración eficaces en los ecosistemas que se han visto de una u otra forma en peligro, proceder a su restauración y conseguir que todas las especies de flora y fauna se sitúen fuera de la situación de alto riesgo de extinción.

Este plan también persigue, entre otras cuestiones, generar conciencia en la sociedad, de tal forma que los gomeros tengan especial sensibilidad con el grave problema de los incendios forestales y sus efectos e implicaciones en los ecosistemas de laurisilva y en poblaciones del entorno.

En el informe presentado ante la UE a finales del pasado año se indicaba que el plan de trabajo propuesto y los objetivos marcados habían sido “totalmente viables”. Y ello es así hasta el punto de considerarse “un éxito” debido al enfoque multidisciplinar y al importante trabajo desarrollado dirigido a apoyar la regeneración de los espacios.

Sin duda, uno de los papeles protagonistas lo ha ocupado la especie de haya morella faya que ha paralizado la degradación que se ha producido de forma natural por la presencia del codeso. Respecto a las especies asilvestradas, también se ha logrado su control con los consiguientes beneficios para la conservación de la flora autóctona.