Con fecha 20 de abril de 2007 se inicia procedimiento de denuncia contra Javier Trujillo,presentada ante la Fiscalía por la posible comisión de un delito de prevaricación y tráfico de influencias por la construcción de un hotel rural de pequeña dimensión en la zona de La Hondura. Lo lamentable es que esta denuncia es presentada por un anónimo.
En realidad se trata de la construcción de una vivienda de tres habitaciones,con destino turístico que contaba con todas las autorizaciones administrativas.
El proceso ha sido largo,ya que además,a finales de 2007,se amplía el expediente,puesto que se formula denuncia incluyendo a Casimiro Curbelo Curbelo,presidente del Cabildo Insular de La Gomera,por los delitos de prevaricación,cohecho y tráfico de influencias.
Se practican las diligencias de averiguación para comprobar la comisión de la infracción denunciada y,sin embargo,con fecha 6 de mayo de 2012,es el propio Ministerio Fiscal quien solicita el sobreseimiento de la causa,concluyendo que no existen indicios suficientes para entender que se pudiera incurrir en los delitos investigados,acordando el sobreseimiento y archivo de la misma.
No obstante,el 28 de noviembre de 2012 se presenta un recurso de reforma concluyendo su Señoría con el archivo definitivo del caso.
Lo lamentable de este caso no es la denuncia en sí,ya que cualquier ciudadano podría formularla,sino el hecho de que haya sido un anónimo el que detrás de su anonimato haya podido afirmar una serie de conjeturas que,ahora,se demuestra que no tienen validez.
¿Contra quién se puede querellar el afectado si no conoce la identidad del denunciante? ¿De qué manera puede resarcirse el daño ocasionado tanto a su persona como a su entorno familiar?
No obstante,lo importante es que el caso se haya resuelto de manera favorable y poder manifestarle a los gomeros la honestidad y seriedad de alguien a quien supuestamente se ha pretendido dañar su imagen. Entiendo que el trasfondo no es necesario explicarlo.