Es tal la cantidad de información que se nos ofrece diariamente que se corre el riesgo de desarrollar cierto grado de insensibilidad e indiferencia hacia los acontecimientos diarios si no somos capaces de filtrarlas o seleccionarlas para fijar nuestra atención en las esenciales y con ello poder llevar a cabo un mínimo de análisis y reflexión personal,con el máximo de los respetos a las personas y alejados de filias,fobias,siglas o intereses partidistas. Como ejemplo voy a tomar como referencia dos noticias que se dieron a conocer en este mismo portal hace dos semanas para expresar mi opinión al respecto.
“ Si en algo he ofendido a Rubén Martínez Carmona,pido disculpas……………”. Estas fueron las primeras palabras del presidente Curbelo en un comunicado del Cabildo Insular de La Gomera,el pasado 26 de febrero,como respuesta a la Federación Ben Magec – Ecologistas en Acción.
Ese mismo día,justo unos minutos antes,la mencionada Federación había denunciado públicamente que,en una de las reuniones del Patronato de Espacios Naturales Protegidos,su representante recibió “injurias y amenazas contra su persona y su puesto de trabajo” por parte del presidente Curbelo. Si ese hecho fue cierto el presidente Curbelo cometió un primer error; grave,inadmisible y reprobable,dado que la función fundamental de un gobernante es proteger y garantizar los derechos de los ciudadanos,que para eso pagan su sueldo,así como prohibir las acciones delictivas e impartir justicia si la prohibición falla. Pero nunca injuriar y amenazar. No,no todo vale.
Es sabido que todos participamos de una común e imperfecta naturaleza humana fruto de la cual son los numerosos errores o equivocaciones que diariamente cometemos. A base de prueba y error los humanos hemos ido evolucionando en todas las facetas. Cuando una persona en su diario vivir daña o molesta a un tercero,voluntaria o involuntariamente,consciente o inconscientemente,debe tener la suficiente dignidad y humildad de reconocer la falta y luego pedir disculpas. ¿ Reaccionó el presidente Curbelo de forma sensata,prudente,racional,honesta,con la alta estatura moral que se espera de una autoridad pública,frente al comunicado de la Federación Ben Magec ?. Claramente no.
Recurrió,como es habitual en política,a la denominada falacia ad hominem. Después de sus primeras palabras,presuntamente de disculpas,dirigió toda su atención a desacreditar al profesor Rubén Martínez,desviando conscientemente la discusión a un terreno distinto,las cualidades personales del profesor,y que no tienen ninguna relación con el tema,llegando incluso a cuestionar el comportamiento ético y moral del profesor en su vida social y laboral. Feo asunto éste. Siempre me ha aterrado los inquisidores y,de una manera especial,aquellas autoridades que en lugar de favorecer el disfrute individual de los derechos naturales se inmiscuyen en los recovecos más increíbles de la vida de las personas.
Deseaba conocer,de su puño y letra,las exactas palabras expresadas en aquella reunión del Patronato al dirigirse al profesor Rubén Martínez,para dilucidar si realmente le injurió y le amenazó. Pero el presidente Curbelo no sólo escurrió el bulto,sin negar o afirmar tal acusación,sino que para más inri utilizó una técnica que nos retrotrae a una época negra del siglo pasado europeo,el desprestigio personal y profesional como estilo de defensa. Segundo error,aún más grave,inadmisible y reprobable.
El presidente Curbelo debe aceptar que el profesor Rubén Matínez,con o sin razón,con o sin criterio,con o sin acierto,tiene todo el legítimo derecho a criticar o cuestionar sus palabras,sus decisiones y actuaciones. El presidente Curbelo debe reconocer que,al ejercer un cargo de responsabilidad pública y no ser un simple particular,tiene también una mayor obligación de soportar las críticas. Reaccionar como lo ha hecho revela un grado de intolerancia para con la crítica política tan elevado que,en verdad,resulta incompatible con una sociedad democrática.
Mientras tanto,la clase política gomera,gobernantes y opositores,ni está ni se le espera. Pero cuando se les recuerda el nivel tan alto de desprestigio y descrédito al que han llegado responden rápidamente: “no todos somos iguales”. ¿ No todos son iguales ?. Me escandaliza que nada los escandalice.
No. No todo vale. El presidente Curbelo se equivocó y lo sabe,como también sabe que los políticos tienen el deber ético de ser ejemplares. Y como también sabe que el primer paso para una educación cívica de calidad es que todos los políticos,sobre todo los que asumen ciertas responsabilidades,deben ser más tolerantes con las críticas. ERRAR ES HUMANO. RECTIFICAR ES DE SABIOS.
Agulo,a 11 de marzo de 2013. Sebastián Hernández Vera