Hace unos años me contaron una historia,un cuento,que al principio no le di mucha importancia pero que los últimos acontecimientos me la han recordado. Aquí se la dejo.
Un grupo de niños debatía en una plaza a qué jugar cuando,de repente,otro niño apareció con una pelota de baloncesto. Los ojos de los demás niños se iluminaron porque ya tenían su debate solucionado. Ese primer día,el niño escogió en su equipo a los mejores para no perder nunca. Pasaron los meses y el niño dueño de la pelota seguía haciendo valer el privilegio de tener el balón para escoger a los mejores y nunca perder la partida. Poco a poco,los demás se fueron cansando y cada vez eran menos los que iban a jugar.
Pasados los años,a ese niño le dieron una cartera ministerial y comenzó a comportarse como lo había hecho con el balón,es decir,beneficiando a unos pocos en perjuicio de todos,y es que a ese niño nunca le enseñaron que los privilegios de unos siempre son malos para el interés general.