Fuera del estadio,los gritos son bien diferentes. Pero dentro,en el precioso Mineirao de Belo Horizonte,todo cambia. El himno brasileño,'a capella',es capaz de derretir a cualquiera,incluso cuando el calor ambiental es alto. Pero en el deporte rey,el humano es el que decide. Y es que los porteros también deciden campeonatos,los ganan y los pierden. Con un beso,Neymar anticipó el adiós de Uruguay,al que ayudó también Muslera. Julio César detuvo un penalti y el charrúa,en esa misma área y en el mismo minuto de la segunda parte,falló. [Narración y estadísticas]
Que a Uruguay le falta calidad en el centro y le sobra arriba es un hecho. La 'Celeste' se agarra al césped como un ciclista al asfalto del Tourmalet,le sobra carácter y actitud. Hasta que le duraron las fuerzas,tanto físicas como mentales,la selección uruguaya demostró que esta Brasil sigue sin encontrar la solidez,el bloque capaz de ganar un torneo internacional. En gran parte porque David Luiz tiene,y como se dice popularmente,'mucho peligro'. De un claro error suyo nació el punto de inflexión del encuentro. El fútbol tiene este tipo de accidentes.
El central del Chelsea agarró a Lugano dentro del área y el árbitro,atento,no lo dudó. La risa cómplice de Forlán,segundos antes de lanzar el penalti,demuestra que quien ríe el último lo hace mejor. Julio César,ex compañero del charrúa en el Inter,adivinó la dirección del lanzamiento y firmó una intervención clave,para el equipo y para él,ahora que teme por su presencia en el Mundial del año que viene.
Con el empujón,más que con su propio empuje,el cuadro Felipao equilibró el partido. A base de arreones,el partido comenzó a jugarse en campo celeste. Primero Oscar y después Hulk hicieron evidente el repliegue de Uruguay. La exigencia de Tabárez quema,incluso a un carácter uruguayo. A la tercera,un balón profundo de Paulinho encontró el desmarque de Neymar. Al jugador del Barça le basta con aparecer dos veces. Así son los fenómenos. Definió con maestría,y tras la intervención de Muslera,Fred hizo el primero. El del Fluminense sigue hablando en el campo.
Siete minutos tardó Cavani en empatar. Excelso,jugando de interior derecho,siguiendo a Marcelo y acertando en el primer disparo a puerta. Más que un ariete,menos que un lateral. La obsesión defensiva de 'El Maestro' tiene este tipo de consecuencias. Pese a ello,y con un despliegue físico inaudito (54 partidos y 42 goles esta temporada),el jugador napolitano definió a la primera,tras cazar un balón dentro del área. Y si el delantero quedó retratado,también la zaga carioca: un desastre.
El beso de 'Ney'
Tras el gol,el partido cayó en el trance,en el aburrimiento. Así transcurrió la segunda parte,con dos equipos rotos,sin ideas,más preocupados en no conceder que en crear. Hasta que,y es de agradecer,el partido cayó en la provación. Si no hay fútbol,buenas son las rencillas. En el sopor,actúan de chispa y de mecha.
En el fútbol,como en la vida,las provocaciones se terminan pagando. Álvaro González,lesionado,se retiraba del campo andando,a 'su ritmo'. De camino,le dió tiempo a provocar a Neymar. El crack,desaparecido todo el partido,respondió a las palabras del uruguayo con un beso,el del adiós de Uruguay. El córner del '10' lo remató Paulinho,solo,y tras aprovechar la enésima cantada internacional de Muslera. Brasil ya espera en la final.