Vivimos tiempos muy revueltos,en los que todo empieza a desmadejarse. La presión social contra la corrupción,y el mal ejemplo continuado de una clase política pícara y engolfada está haciendo que perdamos el sentido y la proporción de las cosas.
Ahora resulta que el muy estelar juez Pamparacuatro,responsable de la exótica instrucción de caso Unión en Lanzarote (por el que se investiga su actuación en el Consejo General del Poder Judicial) ha decidido imputar al alcalde de La Laguna por cuatro delitos (ninguno de ellos supone que se metiera un euro en el bolsillo),después de grabar todas sus conversaciones telefónicas durante cuatro años. Si me graban a mí dos meses,me tengo que divorciar,pierdo a la mitad de mis amigos y el banco me retira hasta el último crédito. Pero lo que le han pillado a Clavijo después de cuatro años es que el alcalde recomendó que contrataran al sobrino de alguien –que no al suyo- que prevaricó al cerrar una discoteca y que entre las viviendas de alquiler para los vecinos de Las Chumberas que adjudicó,una fue a parar a una concejala de la oposición ¡que era vecina de las Chumberas! Si eso es todo lo que hay después de cuatro años de escuchas telefónicas,entonces una de dos: o el alcalde Clavijo es un angelito del señor,o es un tipo que tiene muchísimo cuidado cuando habla por teléfono.
En fin,que esta cuádruple imputación,apenas un mes después de que a Clavijo le elijan candidato,huele raro. Muy raro. Sobre todo cuando la mitad del auto se dedica a explicar porqué se ha tardado tanto en presentarlo y porqué había que hacerlo ahora,interfiriendo en el proceso electoral. ¿Por qué dedica el juez su tiempo y medio auto a explicar eso?
Mas raro aún resulta que los periodistas del equipo habitual de corifeos de Presidencia del Gobierno,vinieran insistiendo desde hace ya un par de semanas en que la imputación de Clavijo iba a producirse con carácter inminente,y que ello forzaría a Rivero a tener que volver a la pelea por la candidatura. ¿Cómo lo sabían? ¿Quién advirtió a Rivero de la inminencia de la imputación?
Desde luego que no voy a señalar a nadie,pero yo hace años que no creo ni en las casualidades,ni en que el presidente Rivero naciera con una flor en el culo. Si este asunto se hubiera hecho público hace diez años –con una opinión pública menos asirocada por la crisis y la golfería general- o dentro de uno,después de las elecciones,sería una historia menor. Ahora es el pistoletazo de salida para el regreso de Rivero a la carrera política. Vaya con el tío: llevaba fuera sólo un mes.