El Rey ha invitado a casi 1.500 personas a la recepción en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional del 12 de octubre. Son casi medio millar más que el año pasado,cuando el jefe del Estado era su padre. Como ya hiciera en su proclamación,el 19 de junio,don Felipe ha querido ampliar esta recepción a nuevos colectivos,como las asociaciones de defensa de derechos de gais,lesbianas y transexuales,jóvenes con talento,víctimas del terrorismo,científicos,artistas,deportistas…
La recepción imitará también a la del día de la proclamación de Felipe VI en otro importante aspecto: ni don Juan Carlos ni doña Sofía acudirán al acto. Tampoco a la parada militar previa. La princesa de Asturias y su hermana,la infanta Sofía,sí estarán presentes en el desfile.
Además de las presencias habituales —Gobierno al completo,presidentes autonómicos,presidentes del Congreso y del Senado,representantes de los grupos parlamentarios,poder judicial,cúpula militar y conferencia episcopal— también han sido invitados miembros de Cáritas,Cruz Roja,el Banco de alimentos,además de todos los premiados con el Príncipe de Asturias,los que han recibido la medalla de alguna comunidad autónoma este año,los galardonados con la medalla al trabajo,los que han obtenido el premio nacional en distintas categorías artísticas,empresarios y embajadores. También ha sido invitada la orden de San Juan de Dios,a la que pertenecían los dos misioneros repatriados e infectados de ébola que finalmente fallecieron en España.
Don Felipe quiere abrir las puertas de palacio a la sociedad civil,según La Zarzuela,y transmitir a los colectivos con los que se ha reunido desde su proclamación,como gais y lesbianas,que no pretende hacerse una foto con ellos un día y olvidarse.