En ocasiones,a la vez que me ocupo de mis quehaceres diarios,suelo tener un hueco para ojear el sermón dominical de nuestro amado empleado-presidente Curbelo y he de decir,que generalmente,me suele afectar al apetito y se me resiente el estómago.
Lo que más me ha llamado la atención,en este caso,es que parece tener soluciones para arreglar los desastres generados por el gobierno central,pero no los de La Gomera,a la que no nombra. Al igual que parece escandalizarle el paro brutal que hay en Canarias,pero se olvida del paro de su propia isla,que sigue siendo el más alto de todos.
A pesar de estas menudencias,hoy no quiero hacer la crítica habitual porque está claro que nuestro empleado-presidente es un visionario y el tiempo le acabará dando la razón. Él que se ha sacrificado tanto por su isla,jamás verá recompensados sus ímprobos esfuerzos. Pudiendo estar en un instituto impartiendo lecciones de sabiduría filosófica y aguantando a adolescentes por cuatro perras,está ahí,al pié del cañón,sufriendo con su gente por unos 90.000 euros anuales,que no son ni dinero.
Cuánta bondad hay que tener para que,aún pudiendo dejar que los consejeros piensen por sí mismos y se agoten,les diga lo que tienen que decir… Él nos interpreta los datos con una maestría asombrosa y nos señala a los culpables,para que los gomeros no nos devanemos los sesos en el intento ¿Qué casi llegamos al 40% de paro? Mentira,el ISTAC se equivoca (nos tienen manía) ¿Qué sacar cuadrillas a limpiar cunetas no puede ser la opción laboral? Falso,¿no lo ha sido durante más de 20 años? ¿Sí? ¡Pues ea! ¿Qué las cosas no funcionan? La culpa es de Pedro Medina,Javier Trujillo,de Solveida Clemente,de Miguel Ángel Hernández o de quien se tercie,según la ocasión. ¿qué más se puede pedir?
Hoy he visto la luz y me he dado cuenta,de que los gomeros somos una pandilla de desagradecidos… ¿Qué queremos ahora,democracia? Pero ¡estamos todos locos o qué! ¿Acaso nos ha faltado una cabrita y unos garrafones de vino para los tenderetes? ¿No hemos tenido siempre la orquestita en la plaza? ¿Qué más queremos? La democracia es un tema cansado,requiere pensar,autonomía y esfuerzo. No,de verdad que no… Algunos la reclaman porque ven muchas chorradas en la televisión,pero si la tuviéramos,nos cansaríamos pronto. Imaginad… los trabajos se otorgarían por méritos y no a dedo ¡disparatado! Ni los consejeros estarían en su puesto ¿os imagináis? O peor aún … ¡habría que estudiar oposiciones!
Los gomeros somos una suerte de desagradecidos,que nos hemos acostumbrado a comer tres veces al día y ahora pensamos que todo es fiesta. ¿No nos dice nuestro empleado-presidente que hay que apretarse el cinturón? ¿no tenemos un llano para plantar cuatro papitas? ¿queremos comer yogures? Eso es para flojos,los gomeros tenemos que ser gente curtida.
¿De qué vamos ahora? ¿de intelectuales preguntando qué es lo que se hace con nuestros impuestos? ¿dónde está el dinero que entró de Europa a paladas? ¡Curbelo sabrá! ¡Si el dinero no se ve,es porque no se tiene que ver… hay que tener fe.
¿No tenemos un centro de visitantes en la Villa? Está en mal estado,pero ahí está…¿no tenemos un centro de artesanía en Vallehermoso y una embotelladora en Taguluche? ¡Es que hay que fijarse en las cosas! ¿No existe un centro de artesanía en Guadá y una maravilla de muelle en Vueltas? ¿en Arure no podemos disfrutar con orgullo del mirador del Santo y del centro de cría del cochino negro? ¿No se quiere reconocer el trabajo realizado en la casa de Pedro García Cabrera? ¿No hay un mirador al lado del Juego de Bolas? En columnas,pero está…¿Y queserías? ¿y centros de la miel? ¿y el audillón? ¿No se ha gastado una millonada en el mirador de Agulo,para darle carne de cochino y fanta naranja a la tercera edad?… Todo está ahí amigos,a la vista ¿o es que no lo ven?
Hoy quisiera terminar diciendo lo siguiente: “después de Curbelo,el caos” No seamos insensatos anhelando una democracia incierta,que nos hará pensar de manera autónoma,nos hará desarrollarnos y crecer como individuos y como isla; pero por el contrario,nos hará perder lo que ahora poseemos en La Gomera y que es nuestra seña de identidad más profunda en estos veinticinco años: el miedo.
Pedro Rodríguez (La Gomera Se Mueve)