Hace unas semanas el presidente Curbelo utilizó como título de uno de sus artículos habituales la expresión MÁS LIBERTAD. Admito que en principio me llamó la atención porque este tipo de afirmación no se corresponde con la práctica diaria en el ejercicio del poder. Encontrar a un político gobernante con coraje y altura de miras,valiente y verdaderamente liberal es casi una misión imposible. ¿ Se habrá caído del caballo el presidente Curbelo ?,me pregunté. ¿ Podrá seguir el ejemplo ofrecido por Antonio José Ruiz de Padrón,aquel ilustre e ilustrado sacerdote y político gomero,ejemplo de servicio a los ciudadanos y sin interés por el poder,a quien recientemente el Cabildo homenajeó por sus convicciones liberales ?
La duda se despejó rápidamente al llegar a los últimos renglones. El presidente Curbelo aseguraba que “la única manera de que España saliera curada” de este endiablado proceso es con “la única medicina que de verdad funciona: la libertad de elegir a sus representantes en unas listas abiertas”. Tan exigua aspiración me pareció demasiado conservadora para quien de verdad cree que lo importante es el respeto absoluto al proyecto de vida del otro. Esta dosis tan raquítica de libertad no ejercerá curación alguna y la enfermedad,que es el exceso de poder de los gobernantes,continuará su curso. Puede hacer desaparecer el síntoma como la fiebre o el dolor por unas horas,pero ninguno de esos intentos resuelve la enfermedad,ni ataca sus causas profundas,solo hace ganar algo de tiempo.
El presidente Curbelo iniciaba el mencionado artículo con la siguiente manifestación: “Cuando un barco atraviesa una tempestad es el momento de mantener un rumbo firme,agarrar con fuerza el timón y dirigirse hacia una zona de calma.”
Doy por hecho que al hablar de tempestad el presidente Curbelo se refería a la brutal crisis económica que sufre el país,a la extendida corrupción,al despilfarro masivo de bienes públicos,al enriquecimiento ilícito y al desprestigio de los políticos. Llama mi atención,por tanto,que siendo los propios políticos gobernantes los principales y primeros responsables del origen de este tsunami,así como de habernos timoneado hacia el centro mismo de la tormenta,no haya autocrítica alguna y persistan en conseguir más poder para seguir controlando el timón y conducirnos a lo que ahora entiende como zona de calma. Resulta contradictorio con su presunto deseo de MÁS LIBERTAD.
La libertad de verdad implica responsabilidad y riesgo; no es fácil asumirla. Por ese motivo algunos prefieren renunciar a ella a costa de aumentar el poder de los gobernantes y su nivel de corrupción. Pero también los hay que querrán ser protagonistas de su proyecto de vida con plena libertad para elegir y decidir el destino al que se dirigen,el trayecto por el que quieren deambular y el medio de transporte a utilizar,convencidos que este derecho a ser libres es inherente a su naturaleza humana y que no se lo deben a ningún gobierno o gobernante.
Los gobernantes están para facilitar y garantizar el ejercicio pleno de las libertades pero la realidad nos demuestra que no es así si nos fijamos en el nivel de coacciones,controles,interferencias,presiones,normas,zancadillas y regulaciones a las que se nos somete. Vivimos en sociedades intervenidas o estatizadas donde los arrogantes gobernantes creen que nada tiene solución si las cosas no son controladas o dirigidas por ellos o por alguien que piensa como ellos; que la gente sola no podrá resolver sus problemas; que a los ciudadanos hay que guiarlos y ayudarlos aunque no lo quieran; que tanta libertad es caos; que si la gente es libre pasará necesidades y podrá morir de hambre; y que,en general,los gobernantes deben intervenir para poner orden en todo este proceso que es el vivir,“desde la cuna hasta la tumba”. En el fondo temen que los ciudadanos sean libres y por eso resulta nefasto la habitual candidez ciudadana hacia esta clase de gobernantes torpes e ineficientes.
La libertad es el valor fundamental sobre el cual debe organizarse una sociedad y,ciertamente,es la única medicina que de verdad funciona. Pero la libertad no se pude trocear y quedarnos con la porción que más nos conviene o interesa. Si de verdad se cree en la libertad ésta debe estar presente en todos los ámbitos de la sociedad (cultural,religioso,político y económico) con la certeza de que a más libertad mayor bienestar,riqueza y progreso. Y por supuesto menos pobreza y corrupción,como así lo reflejan los diferentes índices de transparencia,corrupción y libertad económica de los principales países del mundo.
MÁS LIBERTAD,decía el presidente Curbelo. Permítaseme que lo dude.
Agulo,a 03 de marzo de 2013. Sebastián Hernández Vera