No voy a glosar en detalle un Curriculum que ya ha sido comentado en extensión en diversos medios como muestra de respeto hacia él y hacia aquello que representó para la sociedad gomera. Quisiera por lo tanto hablar tan solo del efecto que suscitó en muchos de aquellos con quienes trató en vida.
No creo que la muerte dignifique necesariamente al que la sufre. Si el fallecido fue en vida una persona de trayectoria dudosa,la muerte no le aportará ninguna virtud adicional,seguirá siendo quien fue para aquellos que lo recuerden. Dicho esto diré que la perdida de Don Ramón Arteaga ha dejado en mí,junto a la tristeza por su despedida,el recuerdo de una persona extraordinaria,muy querida y admirada.
Don Ramón era alguien del que aprendías por la manera que tenía de encarar y vivir la vida. Mis conversaciones con él,aparte de las propias que generaba la empresa,giraban en muchas ocasiones alrededor de la familia,la lealtad a las propias convicciones,la honestidad en el trato con los demás y el placer del trabajo diario al que nunca renunció y en el que una desafortunada caída propició una despedida demasiado temprana para todos los que le queríamos.
Fue un privilegio poder trabajar junto a él. Tenía la destreza de los buenos maestros en los que el ejemplo personal es más importante que la doctrina misma. Nos ha dejado una persona bondadosa que amaba la vida,descanse en paz.
* Director del Hotel Gran Rey