Tenerife es la más grande de las Islas Canarias, su amplia variedad de atractivos disponibles demanda planificar muy bien el itinerario para no perderse de nada. Si bien las distancias entre un punto y otro son relativamente cortas, toma tiempo descubrir todos los rincones de interés.

Por media, se necesitan al menos 10 días para disfrutar al máximo un primer encuentro con la isla. Sin embargo, cuando el viaje es contrarreloj, en InsideTenerife te espera la información necesaria para sacar el máximo partido a la estancia.

Sumergirse en un sinfín de aventuras en Santa Cruz de Tenerife

Si existe una ciudad obligatoria de visitar en la isla es, sin lugar a dudas, Santa Cruz de Tenerife. Su estratégica ubicación y origen como puerto pesquero, abren paso a un sinfín de actividades por hacer.

El Museo de la Naturaleza y Arqueología es el sitio de encuentro de aquellos que desean conocer todo lo referente a las especies naturales endémicas e historia de la isla.  Experiencia similar a la que ofrece el Parque Marítimo y el Parque García Sanabria considerado el pulmón de la ciudad.

Los que buscan disfrutar los productos típicos de la gastronomía canaria y comprar artesanía deben dirigir su ruta hacia el Mercado Municipal de Nuestra Señora de África, mejor conocido como “La Recova”, para continuar hasta la Iglesia de la Concepción y la Plaza del Príncipe de Asturias.

Practicar senderismo en Masca

Si bien resulta bastante desafiante llegar hasta el lugar, la belleza del paisaje y la posibilidad de recorrer el caserío en el que el tiempo parece detenido hacen que valga la pena el esfuerzo. Masca se emplaza al noreste de la isla, específicamente dentro del Parque Rural de Teno.

Entre los principales atractivos figura la iglesia que data del siglo XVIII, atractivos restaurantes con vista al valle o al mar, el Museo Etnográfico y obras arquitectónicas propias de las Canarias de otrora. Sin embargo, la mayor parte de los turistas visitan Masca para completar la ruta de senderismo por el Barranco.

El acceso al barranco está limitado a cierta cantidad de visitas, por lo que requiere reservar una plaza. La mejor forma de realizar la excursión es descender desde el caserío hasta la playa y regresar en bote, aunque los más aventureros prefieren ascender caminando.

Recorrer calles amuralladas en San Cristóbal de La Laguna

Fundada en 1496 como la primera ciudad y capital de la isla, el legado histórico y cultural de San Cristóbal de La Laguna permite que en la actualidad presuma de ser Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Sus amuralladas calles parecen salidas de un cuento medieval de ensueño.

Las empedradas calles desde el centro histórico hasta el casco antiguo, alberga decenas de casas antiguas, palacios y plazas. La torre de la Iglesia de la Concepción ofrece las mejores panorámicas, mientras el mercado abre sus puertas a los visitantes que quieran comprar souvenirs o reponer energía en alguna terraza.

Conocer de historia en Icod de Los Vinos

Hacia la parte norte de la isla se emplaza Icod de Los Vino, una ciudad pequeña que atrapa con el encanto de su casco antiguo. La ruta comienza en la Iglesia de San Marcos y continúa por la Plaza de la Constitución. Después de recuperar fuerzas en alguna de las cafeterías, seguir hasta la Plaza de la Pila.

La visita obligada es en el Parque del Drago, lugar que alberga el símbolo de la ciudad: El Drago Milenario, escultura que tiene entre 600 y 800 años de antigüedad. Fotografiar uno de los Monumentos Nacionales más importantes de la isla, se combina con el disfrute de decenas de especies botánicas endémicas.

Junto al monumento se encuentra el Mariposario del Drago, espacio en el que vuelan libremente más de 800 especies. Para disfrutar del sol nada mejor que un chapuzón en la playa de San Marcos. La visita termina en una auténtica cata de vinos, degustando los productos locales en algunas de las tiendas-bodega.

Perderse en la belleza del Parque Nacional de las Cañadas del Teide

Viajar a Tenerife y no visitar el Parque Nacional de las Cañadas del Teide, equivale a conocer París sin pasar por la Torre Eiffel. No solo se trata del parque nacional más grande de Canarias y Patrimonio de Mundial de la Humanidad por la Unesco, sino por la oportunidad de fotografiar el volcán del Teide.

Aunque los imponentes 3.718 metros del pico más alto de España dan forma a la estrella del parque, esto no es lo único para ver y hacer. La zona de los Roques de García y el mirador de Ruleta son otros de sus importantes atractivos.

En el centro de visitantes de El Portillo, no solo se consigue información y asesoría respecto a las mejores rutas de senderismo, sino un museo de dos plantas en el que conocer sobre historia, flora y fauna autóctona. Otros lugares imprescindibles son las Minas de San José y por supuesto, subir en teleférico hasta el pico.