El Juzgado de Primera Instancia de San Sebastián de La Gomera ha absuelto a dos personas, padre e hijo, que fueron investigadas por supuestamente haber cometido un delito contra la protección de la flora, la fauna y animales domésticos.

Sin embargo, el hijo ha sido condenado a cuatro meses de prisión por utilizar el arma de caza de su padre sin que poseyera licencia ni permiso de armas.

Este fue interceptado por la Guardia Civil en el tramo de la GM-1 conocido como pista de Yorima, con una escopeta del calibre 12 de la marca County propiedad de su padre.

Arma que el juzgado ha resuelto devolver a su padre, quien sí contaba con la licencia estipulada.

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de La Gomera, en el marco del Plan de control de la actividad cinegética, realizaron las investigaciones el pasado 10 de octubre a primera hora de la mañana.

Todo ello tras tener conocimiento, a través de otras personas, de que un vecino de Valle Gran Rey podía estar cometiendo un delito relativo a la protección de la flora y la fauna por cazar en zona de caza controlada sin la pertinente autorización para ello.

Los agentes de la Guardia Civil localizaron el vehículo del acusado semioculto en uno de los tramos del antiguo trazado de la carretera GM-1, localizando posteriormente a esta persona, un varón de 65 años de edad, vecino de Valle Gran Rey, al cual le constaba un arma de fuego registrada a su nombre pero que en aquel momento no estaba en su poder.

Al entrevistarse con el acusado y preguntarle por el escopeta éste informó que la misma se encontraba en su domicilio, pero tras realizar labores de averiguación, confirmó finalmente que estaba en posesión de su hijo, quien se encontraba practicando el deporte cinegético de la caza en los alrededores.

Tanto los agentes como el varón se trasladaron a un punto de encuentro con el joven de 20 años que fue localizado vestido con ropa mimetizada, portando el arma de fuego, una escopeta de calibre 12, una canana o cinturón para portar cartuchos con 25 cartuchos y otros 19 cartuchos sueltos en su chaleco de caza.

Ambos carecían de autorización para la práctica de la caza en la isla de La Gomera, por estar en terreno con régimen cinegético especial, y de licencia de caza del Gobierno de Canarias.

Sin embargo, el padre sí disponía de permiso para utilizar la escopeta que se encontró en manos de su hijo.