Salvador García Llanos

Yo confío, tú confías, él confía…

En una de las últimas entregas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), se concluye que, en plena pandemia, la confianza de los españoles en los demás poco menos que se dispara hasta el punto de convertirse en la más alta de los últimos quince años. En 2020, en efecto, más del 50 % de los españoles sitúan su confianza por encima del 5 (en una escala de 0 a 10, tal como plantea el CIS): es la primera vez que se registra tal porcentaje desde 2006, año en que los encuestadores del Centro, a la hora de pulsar la confianza de los ciudadanos en el resto de la población, formula una pregunta, clasificada entre las de escala:

-Diría usted que, por lo general, ¿se puede confiar en la mayoría de la gente, o que nunca se es lo bastante prudente en el el trato con los/las demás?

Para responder, los encuestados tienen que situarse en una escalada de 0 a 10, en la que 0 es “Nunca se es lo bastante prudente” y 10 “Se puede confiar en la mayoría de la gente”.

Por lo visto, los resultados de la consulta han sido sorprendentes. La media de confianza, un 5,40 sobre 10, es la más alta de toda la serie histórica. Sin embargo, los analistas coinciden en destacar otro dato: por primera vez, el porcentaje de encuestados que expresa su confianza en la comunidad, en un margen de 6 a 10, que son los valores más altos, se eleva al 50,7 %. El salto que se ha producido desde la encuesta anterior es nada menos que de siete puntos. En 2019, la última vez que se planteó la cuestión, solo un 43,7 % de las personas consultadas se situó en el 6 o por encima. El aumento de confianza era una tendencia contrastada, si bien aparecía de forma intermitente y nunca había alcanzado los niveles del presente año, el año de la gran crisis sanitaria.

Nosotros confiamos, vosotros confiáis, ellos confían…

La gran duda, entonces, es si la pandemia nos ha hecho más solidarios, si va incidiendo de forma tal que repercute en la confianza que depositamos en nuestros conciudadanos. Un investigador del Colegio Profesional de la Ciencia Política, la Sociología y las Relaciones Internacionales de la Comunidad de Madrid y profesor de la Universidad Autónoma (UAM), Piotr Zagórski, no lo tiene claro. En su opinión, el fenómeno del aumento de confianza suele asociarse precisamente “a lo contrario de permanecer encerrados durante mucho tiempo y sin contacto con el resto de personas”. Zagórski destaca que son precisamente cuestiones “como el asociacionismo y la inversión en “capital social” las que suelen provocar un aumento de la confianza. A pesar de ello, sí que observa que “en las semanas más duras, cuando aparecían ejemplos de solidaridad entre los vecinos, los ciudadanos pudieran percibir a sus semejantes como a personas en las que poder confiar más. Eso sí, avisa, “no se trata de un aumento lo suficientemente pronunciado como para establecer una norma” y “sería necesario esperar para ver si se mantiene en el tiempo”, así como “cotejarlo con lo que sucede en otros países”, según explica en infolibre.com.

Habrá que seguir confiando…

El impacto en la vida de prácticamente todo el mundo es palpable, y a la espera de vacunas o terapias, va produciendo cambios que paulatinamente se van notando. Pero no nos resignemos. Nuestros hábitos ya no serán los mismos, la convivencia tendrá otros patrones, siempre con la sombra de los contagios. Claro que hemos aprendido cosas: la pandemia, el estado de alarma, los confinamientos y las crisis derivadas, social y económica, nos han enseñado que hay que confiar para seguir adelante. No faltará quien asocie el dato del CIS al temor que se ha apoderado de la población. Solo el tiempo y la superación de los prejuicios hará que la convivencia, en otras condiciones, contraste esa confianza y su traducción solidaria.

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