.El PSOE ganaría las elecciones generales con holgura según se desprende del último barómetro del CIS conocido este martes. Los socialistas liderados ahora por Pedro Sánchez incluso mejorarían ligeramente los resultados de la última encuesta y consolidarían un 30,5% de intención de voto en el caso de que ahora hubiera unos comicios. Les seguiría el partido de Pablo Casado, quien por primera vez se somete al escrutinio del CIS, y con él el PP recuperaría algo de terreno frente al partido de Albert Rivera. El PP se haría con el 20,8% de la intención de voto frente al 19,6% de Ciudadanos y el 15% de Unidos Podemos, que sería la cuarta fuerza parlamentaria.

De esta forma, Sánchez no parece sufrir todavía el desgaste que siempre provoca la gobernabilidad y aún disfruta del llamado ‘efecto Moncloa’ a pesar de las rectificaciones y los bandazos de los que le acusa la oposición. Por su parte, el PP mejora en algo los resultados a costa del partido de Rivera, de manera que se alejan del empate técnico que mostraba el barómetro de julio.

Los datos del CIS del mes de septiembre no calibran la posible reacción ciudadana a la polémica sobre la tesis doctoral del presidente, pero la encuesta se realizó en plena controversia por el caso del máster de la exministra de Sanidad, Carmen Montón, que finalmente le acabó costando el cargo. En todo caso, los datos confirman el vuelco electoral que el estudio identificó en el mes de julio, cuando el PSOE, una vez llegada a la Moncloa, aparecía como virtual ganador de las elecciones generales y se colocaba como primera fuerza política, por delante del PP, que empataba con Ciudadanos.

La llegada de Pedro Sánchez tras la moción de censura del 1 de junio, disparaba a los socialistas, que subían de una tacada casi 8 puntos en estimación de voto en la encuesta, con un 29,9% de los sufragios, superando al PP en 9,5 puntos. Los populares, en caída libre, no lograban superar a Ciudadanos en estimación de voto, con un 20,4% ambos, mientras que Podemos y sus confluencias se quedaban en el 15,6% como cuarta fuerza política.