Fernando Martín y Elena Cordero

Fernando Martín y Elena Cordero llevan la Casa Rural El Cabezo, ubicada en el Barranco del Ingenio, Vallehermoso, y equipada con todo lo necesario para disfrutar de una estancia y un lugar únicos. Hoy hablamos con Fernando, para conocer la historia de esta vivienda rural.

“Yo empecé a trabajar en el año 92 como agente de desarrollo local en el Ayuntamiento, aquí en Vallehermoso, y ya en ese entonces habían empezado programas que tenían que ver con la rehabilitación de viviendas. Yo tramitaba estos expedientes, que en algunos casos eran colectivos, por ejemplo, para 11 viviendas a rehabilitar en Vallehermoso que se acogieron a esta línea de financiación del Gobierno de Canarias. Después vinieron las subvenciones para áreas de influencia socioeconómica de Parques Nacionales, de AIDER, o del Plan de Medianías que también financiaron la rehabilitación de casas rurales”.

“Y al final, el hecho de trabajar en cada una de las asociaciones (porque para la solicitud colectiva era necesario tener una asociación comarcal de turismo), hizo que me fuera entusiasmando con la idea, y que tuviera interés en ver la posibilidad de rehabilitar una casa para nosotros”.

“En aquel entonces no teníamos casa propia, pero había una casa muy vieja y deteriorada al pie de la carretera del Ingenio que durante años tuvo un cartel para su venta. Estaba rodeada de zarzas, matorrales y palmas y cubierta de una enredadera. La compramos y accedimos una financiación del 37% de los costes de rehabilitación otorgada por la Asociación Insular de Desarrollo Rural de La Gomera (Aider La Gomera).

“La estancia media de los clientes es de una semana y empecé comercializando con ECOTURAL Gomera, una ejemplar iniciativa colectiva, y ahora lo hago con una única agencia familiar que conoce muy bien el producto que ofrece en Alemania”.

Casa Rural El Cabezo forma parte de la Carta Europea de Turismo Sostenible desde la primera acreditación de empresas.

“Yo conocí la CETS porque en el momento inicial de su implantación en la isla, formaba parte de la Junta Directiva de Aider La Gomera que junto con el Parque Nacional de Garajonay impulsaron la iniciativa.”.

En los compromisos de su Plan de Acción CETS, Fernando destaca el trato personal que se ofrece al cliente, y el tratar de ser un buen anfitrión.

“Creo que la tendencia general que hay hoy en día, no va en esta línea. La existencia de grandes portales para la comercialización hace que ellos determinen las normas y en lo referente al tratamiento del visitante este suele resultar frío y convencional. La persona que alquila con Booking o Air BNB  sabe que alquila una vivienda y que con el propietario hablará únicamente para darle las llaves, decirle las normas básicas, y nada más. Todo lo demás sería un añadido. Sería una sorpresa que el anfitrión en la recepción le hablara de los recursos de la zona, de los senderos a recorrer o los sitios a visitar, o que incluso le invitara a hacer algunas actividades de forma conjunta. Afortunadamente puedo explicarles en inglés o en alemán detalles del pueblo y de La Gomera.  Todo eso no es habitual ni se ofrece en los macro-portales convencionales.”.

“Con esto, como con todo, hay que tener un cierto tacto. Hasta que no hablas con la persona, no sabes cómo es. Te basas en un sentimiento, una deducción de la afinidad y los intereses de esa persona. Pero, por lo general, la mayor parte quieren conocer y dejarse asesorar, aceptan los consejos de alguien que conoce bien su entorno. Por otra parte, cuando tú cuentas con mucha información de la zona a través de folletos, vídeos, página web…ellos entienden que te esfuerzas por ser un buen anfitrión, alguien en el que se puede confiar, y aceptar las recomendaciones”.

“Y a partir de ahí, suelo pasar por la casa cuando tengo que regar las plantas, y preguntarles qué tal les va todo y si necesitan algo. Ellos aprovechan para, por ejemplo, preguntarme dudas sobre horarios, itinerario de senderos, actividades culturales programadas.”

“Hay casos concretos en que la cosa va mucho más allá, quedamos para que conozcan mi familia o vamos juntos a diversas actividades. Tenemos verdaderas amistades surgidas de la relación anfitrión-huésped”.

“Es difícil saber cuánto dinero está la gente dispuesta a pagar por este trato más personal, es complicado. Y, por otra parte, no es muy aconsejable hacerlo si no disfrutas con ello. Creo que es más bien una actitud, que la tienes con el ánimo de que la gente esté a gusto, que todo se corresponda con sus expectativas, y repita. Tú te encuentras satisfecho si el visitante lo está”.

“Y también hay que contar lo que te aportan. De la gente que viene aprendemos muchísimo. Vienen ya con una perspectiva propia y muy interesante de nuestra isla, con un planteamiento sobre cuestiones sensibles como el patrimonio, el desarrollo local, la naturaleza o la propia rehabilitación de casas rurales o el turismo rural”.

“Para mí el balance desde que tengo la casa rural es muy bueno. Se hace un dinero que viene a enjuagar, poco a poco,  la inversión inicial en la rehabilitación. No hay que olvidar que la casa precisa de inversión continua para tenerla siempre en las mejores condiciones.

Fernando opina también que formar parte de la CETS ha sido positivo para su empresa.

“Yo creo que encajar con la CETS tiene que ver con una forma de ver tu pueblo, tu vida y el desarrollo local. Me creo que cuando eliges algo en la vida, lo haces pensado en que sea coherente con su forma de pensar. Y es lo que pasa en las acreditaciones. Si entiendes que hay una acreditación que va de la mano contigo, para impulsar una serie de valores en los que crees, pues ves que ésta es tu certificación. Si ves que esa herramienta coincide contigo desde el punto de vista empresarial y también desde el punto de vista del desarrollo local, entonces lo tienes claro”.

“La CETS por sí misma no nos ha aumentado sensiblemente el número de clientes, por ahora. Pero sin embargo ha venido a ser el soporte que nos guía en la forma de desarrollar la actividad turística. Sobre todo, cosas que por mí mismo, seguramente no hubiera hecho si no hubiera un compromiso por medio. El Plan de Acción es una alerta de cosas, de actuaciones lógicas que debes hacer para aumentar la competitividad y la calidad del servicio que prestas respetando y mejorando el lugar donde vives”.

“Y también es muy importante saber que estás haciendo algo para el Parque Nacional y para la isla. Creo que vincular una actividad empresarial a todo un proceso de varios años, donde participan muchas entidades, donde participan muchas empresas, y que lo único que viene a traer, en el fondo, es una mejora global de la isla, pues participar en ese proceso es una cosa que te da muchísima satisfacción”.

 

Empresa: Casa Rural El Cabezo.

Actividad: Alojamiento rural.