Agulo en 1927 Foto C7

En la memoria colectiva de Agulo aún se encuentra a los Filiichristi, unos grupo de intelectuales inquietos y curiosos que nacieron en un lugar y una época desfavorable, pero que tuvieron acceso al conocimiento más inquietante del momento como la teosofía, la masonería, el esoterismo o la hipnosis. La Guerra Civil truncó todos sus proyectos.

Cuando el escritor agulense Daniel María supo de los Filiichirsti -los hijos de Cristo- abandonó lo que tenía entre manos en ese momento para centrarse en la investigación de aquel grupo que en los años 20 del siglo pasado se creó en Agulo (La Gomera) «una congregación teosófica que practicaba el cristianismo», pero también la masonería, la santería, el espiritismo o la mediumnidad.

Los Filiichristi están en la memoria colectiva de Agulo bajo un halo de misterio y leyenda porque vestían de blanco, llevaban barbas, no comían carne ni pescado, se reunían en secreto en alguna de sus casas, se enterraban para obtener energía de la tierra o visitaban asiduamente el cementerio del pueblo, pero, según el escritor, actor y gestor cultural Daniel María, era una potente comunidad intelectual y artística conformada por algunas de las personalidades más reconocidas del pueblo. «Unas personas con unas ansias de conocimiento tan grandes que superaban lo que estaba establecido» y eso los llevó «a vivir en el oscurantismo y a desarrollar toda la actividad del grupo de puertas para adentro».

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