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Los gomeros necesitan en su Isla la resonancia magnética

Cristopher Marrero, alcalde del Ayuntamiento de Valle Gran Rey

La Gomera no persigue un modelo de desarrollo insular similar al de las islas capitalinas, sino que muy al contrario ha mantenido la esencia más íntima y profunda del amor por la tierra y el respeto a sus singularidades como un patrimonio a conservar para las futuras generaciones. Infraestructuras multimillonarias, como macro terminales de cruceros, tranvías, carriles de alta ocupación, mega inversiones urbanísticas o conexiones aéreas cada quince minutos con distintas capitales nacionales y europeas están muy lejos de los objetivos de una isla que aspira, aunque nos queda mucha tarea por hacer, a erigirse en referente de sostenibilidad en Europa.

Sin embargo, hay cuestiones que si deberían ser irrenunciables y que constituyen uno de los principales pilares del estado del bienestar que los socialistas han contribuido a construir y que nos da el derecho universal, indiscutible e inalienable de ser iguales, en derechos y deberes, independientemente del lugar donde nacimos o residimos.

Por su salud, bien para superar una prueba diagnóstica un tratamiento o someterse a una intervención quirúrgica, los gomeros han viajado a Tenerife o Las Palmas, a sus centros de referencia, cada vez que la vida les ha obligado a afrontar una situación sanitaria no incluida entre los servicios del Hospital de La Gomera y a pesar que la distancia, el tiempo, el coste económico, personal y familiar del desplazamiento de un paciente desde La Gomera o cualquier otra isla menor hacia un centro de referencia en Tenerife o Las Palmas, es exactamente el mismo en uno u otro sentido, esta suerte de doble insularidad, también en lo sanitario, hace que, cual venas y arterias, esa distancia sólo sirve para ir, pero no para venir.

En estos tiempos de crisis, de escasez de recursos y de necesidad de buscar nuevas fórmulas de gestión, se deben plantear soluciones que eviten la privatización de  servicios  sanitarios  máxime cuando estas políticas privatizadoras están derivando en el hecho paradójico que la desviación de los recursos de los canarios hacia la concertación financia  la modernización tecnológica de los centros privados con fondos públicos en un sector en el que la vanguardia tecnológica genera valor añadido y es un  factor determinante para hacerse con los servicios de los mejores profesionales sanitarios.

Mientras se impulsan los conciertos privados y se eternizan los retrasos en macro inversiones sanitarias para alojar nuevos servicios. Mientras se alargan los plazos de las listas de espera y de la desesperación de los pacientes, justificando así continuar con el desmantelamiento del Estado del Bienestar, el Hospital de La Gomera dispone del espacio y la capacidad para alojar más servicios e instalaciones de manera inmediata.

En el área de radiología, donde se trabaja con equipos en muchos casos próximos a la obsolescencia, la posibilidad de modernizar el equipamiento e instalar un aparato de resonancia magnética nuclear es real y, aunque se trata de una inversión costosa, sin duda entendiendo los recursos sanitarios canarios como un todo, y no como siete realidades aisladas, podrían plantearse soluciones que no sólo cubrirían las necesidades sanitarias de La Gomera, sino que podrían colocar a nuestra isla como parte de la solución a un problema global. Bastaría con entender la distancia que separa a las islas mal llamadas menores de las capitalinas como un trayecto bidireccional.

Sin lugar a dudas el análisis de costos y viabilidad de la inversión en términos meramente poblacionales podría no aconsejar la instalación de este aparato en La Gomera. No obstante, este es un criterio que sólo genera perjuicios y que amplifica las desigualdades entre los canarios por razón de residencia.

¿No podría este aparato servir como apoyo de manera inmediata a la población del sur de Tenerife? ¿No se podría con una visión general de la sanidad canaria contribuir a rebajar las listas de espera de pruebas diagnósticas?

¿No podría éste ser el primer paso de muchos para colocar al Hospital de La Gomera como parte de las soluciones al tiempo que se mejora su atractivo como centro sanitario pionero al que los especialistas deseen venir a desarrollar su vida profesional?

Con estas líneas no sólo planteo la posibilidad de dotar a La Gomera de un equipo de Resonancia Magnética nuclear sino de introducir nuevas variables en la ecuación de la solución de los problemas de la sanidad canaria para convertir a las islas menores y sus potencialidades en parte de la solución. Nuevas variables que entiendan la sanidad en Canarias como un todo orientado a que cualquier canario reciba tratamiento a sus dolencias a tiempo, en lugar de como un instrumento al servicio de los intereses de un partido político y de sus amigos en el que se miran los votos, los euros y los favores por encima de los canarios y sus necesidades.

 CRISTOFHER MARRERO.- Ex Director de Gestión y Servicios Generales de la Gerencia de Servicios Sanitarios de La Gomera

 

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