Podemos conseguirlo. Canarias produce muchos alimentos y de muy buena calidad, que permiten alcanzar la soberanía alimentaria. Hace falta, eso sí, establecer incentivos que favorezcan la incorporación de jóvenes y, por tanto, que combatan el envejecimiento de la población y eviten el abandono del campo; impulsen el asociacionismo y la modernización de las explotaciones, o ayuden a la comercialización local.

La lista de pendientes, en la que también debemos incluir la reducción de las subvenciones a productos de fuera o la simplificación de procedimientos administrativos, es larga, pero también bastante factible, sobre todo si tenemos en cuenta la gran cantidad de suelo agrícola que está abandonado en nuestras islas.

Tenemos un 60 por ciento de terreno cultivable sin aprovechar, al que es posible sacar partido si fijamos los objetivos y las políticas adecuadas que, entre otras acciones, pasan por una modificación del Régimen Específico de Abastecimiento (REA).

Contar con una mayor producción agroalimentaria propia no sólo mejorara nuestra economía y elevará las posibilidades de empleo, sino que también reducirá nuestra dependencia del exterior. Lograrlo pasa, sin embargo, por sustraer fondos de las subvenciones a la importación, para destinarlos a las producciones locales. No es razonable que teniendo quesos, leche, carne o vinos de aquí se financie lo que viene de fuera.

El archipiélago tiene la posibilidad de servir la mesa con productos frescos e incluso ecológicos. El mar y el campo de las islas pueden ser generosos si lo cuidamos como se debe, pero es que sumamos, además,  artículos únicos que nos distinguen como son los mojos, las mermeladas, los gofios, el guarapo, el almogrote o nuestra variada repostería.

Todos estos productos son también garantía para mantener nuestro paisaje, ese que tanto gusta y atrae a quienes nos visitan – 600.000 personas tan sólo en La Gomera y más de 13 millones anuales en toda Canarias -.

Agricultura, ganadería y pesca se complementan y son – ya lo ha dicho muchas veces Agrupación Socialista Gomera (ASG) en el Parlamento de Canarias – el mejor aliado para el turismo, que hoy por hoy se mantiene como la principal fuente de ingresos de la Comunidad autónoma.

Mejorarán nuestras oportunidades de progreso si apostamos por un modelo más equilibrado entre los sectores productivos. Hace falta equiparar la inversión en el sector agrícola, ganadero y pesquero, y se requieren, asimismo, estímulos que permitan volver a poner en funcionamiento los bancales.

La isla colombina tiene una orografía muy abrupta que dificulta doblemente las tareas del campo. Al envejecimiento de la población se añade la dificultad para trabajar las zonas aterrazadas que, además de ser testigos del esfuerzo agrícola de nuestra tierra, tienen un gran atractivo turístico.

Las reducidas dimensiones de las explotaciones canarias no ayudan a lograr la rentabilidad, pero son un gran valor añadido de nuestro paisaje, al que a su vez se vincula el turismo. Esta realidad es fácilmente comprobable en lugares como Lepe, en el municipio gomero de Agulo, o en Valle Gran Rey, también en La Gomera, aunque se da también en otros puntos de Canarias.

En consecuencia, ASG ha solicitado al Gobierno que establezca alguna ayuda que sirva de estímulo y compense el sacrificio de los productores. Apostamos, igualmente por alcanzar acuerdos con los empresarios hoteleros o las grandes superficies, para que incluyan y hasta prioricen la producción local.

Importante es que, por primera vez, las ayudas del POSEI, que vienen de Europa para garantizar el abastecimiento de mercados, vayan a incluir los sobrecostos de la doble insularidad. Tenemos, en definitiva, un amplio campo y mar por aprovechar y que pueden generar puestos de trabajo, contribuir a reducir el desempleo y mejorar nuestra economía.

Casimiro Curbelo

Diputado autonómico y presidente del Cabildo de La Gomera