Las elecciones griegas del domingo 25 de enero marcan un antes y un después en la Unión Europea (UE). El triunfo de Syriza es,sobre todo,la expresión del rechazo de una parte significativa de la sociedad griega a las políticas de ajuste fiscal,que han supuesto aumento de impuestos,recortes en el gasto público,endeudamiento privado y público con intereses abusivos y falta de crédito. Llevando a reducciones salariales,creciente empobrecimiento de un amplio sector de su población y pérdida de derechos,ocasionando una auténtica devastación social.
No lo tendrá nada fácil el nuevo Gobierno heleno para hacer crecer la economía,incrementar el empleo y mejorar las condiciones de vida de la mayoría. Syriza se quedó al borde de la mayoría absoluta,con el 36,34%,de los votos por el particular sistema electoral que otorga un plus de 50 diputados a la fuerza más votada. Precisará de un mayor apoyo social para afrontar la ingente tarea que le espera en un país rescatado y con un catastrófico panorama económico y social. Y que precisa de profundos cambios fiscales,de una eficaz lucha contra el fraude y la elevada corrupción además de la articulación de una economía productiva y sostenible.
Tampoco lo tendrá fácil el primer ministro,Alexis Tsipras,con sus interlocutores europeos,con una mayoría de gobiernos completamente entregados al neoliberalismo; y con la dirección política de la Alemania de Merkel,contraria a un papel activo y solidario con los países del Sur. Pero el triunfo de Syriza ha abierto una brecha frente a la fracasada política impuesta por la Troika como la única posible.
Es la primera ocasión en la etapa reciente de la crisis en la que las urnas ponen,al frente de un Ejecutivo de un país de la UE,a una formación política que basa su discurso en el rechazo de las políticas de austeridad y recortes. Y que plantea la renegociación de la deuda,con la quita de una parte de la misma,como ya se hizo en 1953,cuando el Acuerdo de Londres condonó más del 60% de la deuda alemana,posibilitando su recuperación y crecimiento.
La deuda pública griega es superior a la española y sus condiciones sociales más graves,con mayor porcentaje de desempleados y de personas en situación de pobreza y exclusión. Pero los que desde PP,PSOE y CC han aplicado las políticas de austeridad y recortes deben tomar nota de lo sucedido en el país heleno.
Urnas
El cansancio de la ciudadanía ante esas políticas injustas,que han incrementado el desempleo,deteriorado gravemente los servicios públicos e impulsado leyes que suponen la pérdida de derechos,se tiene que expresar en las urnas en los próximos comicios autonómicos y locales.
Durante toda la legislatura,Nueva Canarias ha ejercido una crítica permanente a las políticas de austeridad y recortes del Gobierno estatal y del Ejecutivo canario. Rechazando las reducciones presupuestarias que han supuesto grandes pérdidas de recursos y de personal en sanidad,educación y dependencia así como una drástica disminución de las inversiones públicas.