Mabel Mark presenta una fortaleza y tesón cuando relata su tragedia,sucedida en abril pasado,cuando alguien roció su cara y cuerpo con ácido para matarla Mabel estaba de viaje en Nigeria y había acudido a una peluquería. Allí entró el hombre y la roció. «Fue alguien contratado por mi marido para matarme. Mi marido empezó insultándome sin tener por qué,me decía puta,golfa,de todo. Yo nunca pensé que algo así me iba a pasar a mi,que llegué en patera,que he luchado mucho. Pero sí. Mírame cómo acabé»,dice señalándose el rostro,que presenta las secuelas de las quemaduras del líquido corrosivo,que también afectó a pecho,espalda,brazo izquierdo,una pierna y a la vista. La mujer,de 32 años,natural de Nigeria y residente en Vecindario,más que recomendar,quiere «gritar a las mujeres maltratadas que no esperen. Que denuncien al primer maltrato de su marido. Al primer insulto deben actuar,por favor,porque así es la única manera de poder cambiar esto».
Así de contundente se muestra Mabel,que dice que su tragedia la ha llevado a darse cuenta de que quiere «gritar al mundo el maltrato machista,la violencia de los hombres hacia las mujeres. Gracias a Dios he sobrevivido para poder contar mi historia,mi tragedia y si con mi dolor puedo ayudar aunque sea a una mujer maltratada,me quedo contenta». En esta línea,comenta que prefirió que la atacaran con ácido en lugar de con una pistola «porque si me dan dos tiros,me matan y así no habría sobrevivido». Lo bueno que le queda es su hija Pearl,«de 3 años y que ya no se asusta cuando me mira»,comenta sonriendo Mabel aunque con mirada siempre triste. Ella,Pearl es quien me ayuda a seguir,a luchar»,enfatiza la joven.
A su marido Kingsley O.,al que conoció por Internet hace tres años,y que está en la cárcel a la espera del juicio,lo define como «agresivo,y no hacía nada. Más que celos creo que quería matarme para quedarse con mis negocios»,comenta.
Cuando Mabel llegaba a casa empezaban los insultos. «Yo callaba,lo dejé pasar y éstas son las consecuencias. Ahora solo quiero que se haga justicia y que hombres como él dejen de hacer daño».