Fragmentado,discontinuo,alejado y,sin embargo,único. Canarias es singular,no sólo por las particularidades del territorio,los tesoros naturales o las bondades climatológicas,sino también por el carácter y,sobre todo,la unidad de sus habitantes.
Pese a las rivalidades estériles,más ligadas a determinados intereses que a la realidad local,los isleños formamos un pueblo único con la misma idiosincrasia y las mismas raíces,de las que debemos sentirnos orgullosos,y que debemos preservar y ensalzar como seña de identidad.
Nada tiene que ver con el nacionalismo político y todo está relacionado con importancia social,pero también económica,de hacer valer nuestra región,a la que no se trata con justicia,y en la que la justicia debe comenzar por nosotros mismos. A ningún lugar nos conduce rivalizar entre nosotros y a todos lados podremos llegar hermanados,como ya lo están muchos pueblos,sin que a veces le concedamos el debido mérito.
Este fin de semana tuve el honor de intervenir como pregonero en las Fiestas de Fátima,dentro del municipio tinerfeño de Güímar,donde tuve la oportunidad de saludar e invitar personalmente tanto al alcalde como a todos los miembros del Ayuntamiento,a los güímareros en general y,en especial,a los gomeros que allí viven a la próxima celebración de las fiestas de la patrona insular.
Son muchos los gomeros de Fátima. Hablamos de un barrio cofundado por familias de La Gomera que,junto a otras del Archipiélago,se asentaron en este enclave en las primeras décadas del siglo XX. Los estudiosos apuntan,no obstante,que el intercambio poblacional se remonta mucho más atrás y se ha producido no sólo en un sentido.
Es posible referirse a güímareros asentados en La Gomera entre los que están Salvador Rodríguez Adrián Bencomo (1681,origen del apellido Bencomo en La Gomera),Marcial García Pérez (1848,sargento de infantería) o Blanca Pérez (1915,regente de las escuelas de niñas de San Pedro,en Hermigua),entre otros muchos.
La Historia recoge,igualmente,a gomeros en Güímar y se remonta entonces a los albores de la Conquista,allá por el siglo XVI,o a la leyenda de Gara y Jonay,que da nombre a nuestro monte,y que habla de los amores entre un güímarero y una gomera. Se alude también al constante flujo de personas y personalidades gomeros que vivieron en el pueblo de Tenerife como Fray Antonio Abad Cruz (Hermigua 1761),María del Rosario Mora y González (Vallehermoso,1867) o Agustín Darias Arteaga (San Sebastián 1851),entre otros.
Se calcula que en torno a un millar de descendientes gomeros residen hoy en el lugar. Muchos son,por tanto,los lazos que unen Güímar y La Gomera – los vínculos se consolidaron en 2001 con un hermanamiento -. No estamos,sin embargo,ante una excepción. El mérito está en el reconocimiento y el regocijo ante esta realidad,que inteligente y oportunamente ha sabido proyectar el alcalde Rafael Yanes,dando una muestra más de su buena gestión y dirección de lo público.
Es necesario insistir,no obstante,en que son numerosos,por no decir todos,los pueblos del Archipiélago que comparten orígenes y hacia ellos girarán las próximas ediciones de las Jornadas Colombinas,tal y como anuncié en el referido pregón,y que a partir de este año serán escenario de hermanamientos entre La Gomera y los pueblos de otras islas en los que residan nuestros paisanos.
El espíritu emprendedor gomero ha llegado a todos los rincones de las Islas,pero también en todos los rincones de nuestra comunidad podemos encontrar herreños,palmeros,tinerfeños,conejeros,majoreros o canariones,que han hecho su vida más allá de la isla en la que nacieron,aportando y entremezclando costumbres y tradiciones.
Los canarios somos sólo uno,una forma de ser forjada por el trabajo y la necesidad de superación; una mente abierta,alegre y acogedora,que valora todo el que nos visita,y que también nosotros tenemos que poner cada vez más en valor,para juntos avanzar hacia un futuro mejor.
Casimiro Curbelo
Presidente del Cabildo de La Gomera y actual titular de la Fecai