El presidente del Eurogrupo,Jeroen Dijsselbloem,ha advertido esta mañana de que la crisis de Chipre no se solucionará con el hecho de que Rusia ponga más dinero sobre la mesa y amplíe el crédito de 2.500 millones de euros que concedió al país en 2011. Según ha explicado la cabeza visible de la institución que reúne a los ministros de Economía de los socios del euro,que ha tenido un bautizo de fuego con el fiasco del rescate chipriota tras llevar apenas dos meses en el cargo,incrementar el préstamo solo servirá para ganar tiempo,ya que aumentará la deuda del diminuto país mediterráneo a niveles insostenibles.
Dijsselbloem,además,ha defendido la polémica quita a los ahorros pese al revuelo causado por una medida que ha supuesto la ruptura,por primera vez,del sacrosanto principio de seguridad de los depósitos de menos de 100.000 euros. «Es probablemente inevitable que haya algún tipo de impuesto en el paquete final del rescate que salga adelante,ha dicho el presidente del Eurogrupo en una intervención ante la Eurocámara. La justificación que ha dado es que esta es la forma más directa de que Chipre contribuya al rescate sin aumentar su deuda,pese a que su mera propuesta ha disparado la alarma en los mercados y amenaza con provocar un efecto contagio en toda la Eurozona,según ha advertido este mismo jueves la agencia de calificación Fitch. Sin embargo,Dijsselbloem ha querido escudarse en que «la gran mayoría de depósitos bancarios en Chipre no son realmente ahorros,son inversiones»,ha dicho en referencia al uso que hacen los millonarios rusos del sistema financiero chipriota,fuente clave de ingresos de la economía de este diminuto país.
Mientras tanto,en Rusia,donde el Gobierno que preside Vladimir Putin celebra una cumbre con la UE prevista para estos días desde hace meses,el ministro de Finanzas chipriota,Michael Sarris,continúa con su gira por Moscú en busca de alternativas que permitan al Ejecutivo de Nicosia mitigar el impacto del controvertido impuesto a los depósitos. Sobre la mesa,según diversas fuentes,estaría la opción de vender derechos sobre las reservas de gas o activos financieros,incluso se especula con la posibilidad de que Chipre permita la instalación de bases del Ejército ruso en su territorio.
Sin embargo,Sarris no lo tiene nada fácil,ya que el Kremlin ha empezado a mirar más en las últimas horas hacia Bruselas,a quien le exige un acuerdo global sobre la crisis que tenga en cuenta también sus intereses en Chipre,la economía más pequeña del euro. De hecho,el primer ministro ruso,Dmitri Medvédev,que esta mañana se ha entrevistado con el presidente de la Comisión Europea,José Manuel Durão Barroso,ha rechazado reunirse con Sarris,según informa la agencia oficial Interfax.
A este respecto,el embajador del Gobierno de Rusia ante la UE,Vladímir Chizhov,ha advertido este jueves de que la solución a la crisis requiere un gran acuerdo a tres bandas entre Bruselas,Nicosia y Moscú. Desde el punto de vista de la filosofía política por la que se rige el Kremlin,Chipre y la UE han hecho lo peor que podían hacer: no tener en cuenta a Rusia y marginarla de unas decisiones que le afectan. A partir de esta lógica,los dirigentes rusos solo pueden ayudar a Chipre a cambio de algo percibido públicamente como sustancial y en ningún caso,si se aplicara la quita ideada en Bruselas.