Una nueva generación está descubriendo lo que significa tener carencias de muchas de las comodidades y opulencias de la que disfrutaban hasta hace poco,incluso el permitirse el “lujo” de tirar a la basura ingente cantidad de alimentos apta para nutrir a los que no tienen nada que llevarse a la boca. El hambre no es nada nuevo,casi siempre ha existido en tanto en cuanto la producción alimentaria esté en pocas manos monopolista. Comida hay,sobra comida,con la mitad de los alimentos aptos que se bota a la basura diariamente es suficiente para tener alimentada a una gran parte de la población mundial.
El llamado mundo de la opulencia incontrolado,precisamente quienes nunca han vivido en ella pero que han sido inoculados con el virus del despilfarro se están dando cuenta de que algo ha cambiado con respecto a esas vanas y falsas ilusiones. La concentración de la riqueza en pocas manos da lugar a que en un determinado momento pone en marcha toda la sabiduría que la ingeniería les permite para que la riqueza no sea más igualitaria,más nivelada haciendo ver a los pobres que han logrado salir un poco delante de que seguirán siendo pobres pero que tienen que tener capacidad ahorrativa y no caer en las golosinas que le ofrecen para que en un momento determinado pasar la factura y abonarla con un dinero que no se tiene. Primero se comienza con una política de austeridad pero sin renunciar todavía a montones de cosas que no les sirven para nada.
La gente comienza a murmurar,luego se expresan a viva voz,el desconcierto se va haciendo genérico,los caprichos se van recortando y con ello la alimentación,ya no se come tres veces al día,la calidad baja,no solo falta dinero para nutrirse,afecta a todo lo que nos rodea,desde los útiles escolares hasta la sanidad. El Estado corta amarras y lo público lo quieren privatizar para caer en las manos de los depredares de siempre. Comienza un nuevo éxodo,en principio en forma de movilidad funcional y a continuación en movilidad geográfica.
La pobreza aparece en las calles,estos parias tratan de organizarse para protestar,cuando la situación de sale de madre se recurre a la fuerza pública que están a la orden de los poderosos y si es necesario al ejercito. Da igual,los perros que sigan ladrando,los suicidios se multiplican y se les pone el sello de la locura. Algunos pensarán que hay mal que por bien no venga: a menos comida,menos colesterol y que se vuelva a los orígenes de los asentamientos y se explote la tierra pero con precios controlados,lo cual es un buen ahorro para las arcas públicas. Muchas de las dolencias víricas que necesitan una atención estricta son eliminadas para ahorrar y que cada uno se busque la vida como sea como son las llamadas de transmisión sexual que últimamente se han incrementado por razones obvias. En definitiva,se trata de poner la administración del Estado en manos privadas,y ya sabemos como se las gastan.
España ha perdido su soberanía,solo se elige un gobierno para que se convierta en el consejo de administración de la gran banca,de la gran patronal y de las multinacionales. A la vez,Bruselas es el otro consejo de administración del Fondo Monetario Internacional –F.M.N- que es verdad es quien maneja a Europa,a España y hasta al ayuntamiento de mi pueblo. Este organismo es de lo más tenebroso que ha habido sobre la faz de la tierra. Se nutre del hambre del mundo,provoca éxodos masivos,controlan precios y gobiernos,además de tener a ejércitos a su entera disposición para poner firme a gobiernos beligerantes. Sé muy bien como funciona este organismo,lo viví personalmente,América lo conoce de primera mano.
Me he tomado la licencia de copiar algunos párrafos de un libro que me resultó agónico a medida que me introducía en su lectura.
“…la tierra es lo suficiente grande para dar de comer a miles de millones de hambrientos,pero cuando esta está en pocas manos la ponen a producir a conveniencia. Queman el excedente de café para que los precios no bajen,una parte de la producción agrícola es transportada a sus fábricas y enlatada sabiendo que de esa manera su duración es muy prolongada,mientras el resto es botada a los barrancos y ríos,rociadas con gas-oil o productos tóxicos para que nadie se la pueda comer. La gente hambrienta viene de muy lejos a intentar comprar estos productos a precios baratos,pero los precios eran demasiados caros,no podía ser.
Eso es un crimen que va más allá de la denuncia o de la protesta. Es una desgracia que el llanto no puede simbolizar. Es un fracaso que supera todos nuestros éxitos. La tierra fértil,las rectas hileras de árboles,los gruesos troncos sosteniendo la abundante fruta madura. Mientras los niños agonizan de pelagra deben morir por no poderse obtener el beneficio de una naranja. Y los forenses tienen que rellenar los certificados –murió de desnutrición- porque la comida debe de pudrirse,a la fuerza debe de pudrirse.
La gente hambrienta llega con viejas redes para pescar en el río y los vigilantes armados se lo impiden; llegan en vehículos destartalados,para coger las naranjas arrojadas,pero han sido rociadas con queroseno. Y se quedan inmóviles y ven las papas pasar flotando,escuchan chillar a los cerdos cuando los meten en una zanja y los cubren con cal viva,miran los montones de naranjas escurrirse hasta rezumar podredumbre; y en los ojos de los hambrientos hay una ira creciente. En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y se vuelven pesadas,cogiendo peso,listas para la vendimia”.
El éxodo es continuo,deambulando de un sitio para otro con el mismo resultado. Cuando son contratados para recoger la cosecha los salarios son de miseria,no les da para comer una sola comida,pero la competencia de los hambrientos es suicida.
Bueno,para que seguir cuando tenemos este fenómeno a las puertas de nuestra casa. Cada uno que saque sus propias conclusiones.
Las uvas de la ira están pasando del grano pequeño al racimo grande y frondoso.
Que luego no se quejen los que han provocado esta situación de la desesperación.