Hasta que ayer se apagó la voz rota con la que hizo llorar a millones de personas en todo el mundo,la verdadera patria de Chavela Vargas fue la rebeldía con la que destrozó un tabú detrás de otro y de la que extrajo las fuerzas para seguir en los escenarios hasta el final. Hasta que en la tarde de ayer la muerte vino a buscarla,seguramente con la imagen de la Catrina (una calavera que simboliza la muerte),la artista vivió 93 años llenos de intensidad,en los que dejó más de ochenta discos y canciones interpretadas de un modo inolvidable como «Piensa en mí» o «La llorona».
El poeta Federico García Lorca fue el motivo de su último regalo al mundo,un disco de poemas que llegó a presentar en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana,pocos días antes de cumplir 93 años de una vida intensa. También lo presentó a principios de julio en España,país al que regresó para buscar su alma y en el que actuó por última vez.
Con Lorca hablaba en las noches de luna y en las mañanas con el Chalchi,el hermoso cerro frente a la casa en la que vivió los últimos años en la localidad de Tepoztlán.