La tarde de un sábado caluroso de regreso a Santa Cruz allá por el 2001,después de una comida estupenda en el ‘Drago’ de Carlos Gamonal y de una visita relámpago al caserío de Masca,entendí algunos secretos sobre el periodismo escrito y de un periódico que ha sido el que más ha cohabitado en mi sobaco; El País.
Todavía no se la razón,pero después de aquel almuerzo,se metieron en mi coche,Eduardo Haro Tecglen,Juanjo Millás y Javier Marías. Millás me dijo ¿sabes donde queda Masca verdad?. Pues vamos a Masca y que vaya Eduardo delante que dicen que hay muchas curvas y marea si se sienta atrás. De paso maté una vieja curiosidad que nadie me pudo explicar hasta ese dia. Ya que los responsables del periódico situaron la columna diaria de Haro Tecglen en El País en el interior de la última página al lado de la programación de las televisiones. Eduardo con la serenidad de viejo republicano curado de tanto susto,clavó su mirada y supongo que cansado de tener que explicarlo tantas veces me dijo» cuando envié mi primer artículo al periódico,mi mujer Concha,bajó al kiosko a comprarlo y pensamos que no lo habían publicado hasta que llegamos a la página de las televisiones y lo encontramos allí escondido semiclandestino». Estuvo muchas semanas pensando en no escribir porqué no le parecía el lugar más adecuado para colocar un artículo de opinión de uno de los escritores más relevantes del siglo XX.
Al cabo del tiempo,esa página era paso obligado para los lectores de El País y algunos empezamos a leer el periódico justo por ese lugar. De regreso a la capital,hicimos una breve parada en casa de Gilberto Alemán y de su mujer Iris Domínguez sobrina del pintor Óscar Domínguez en Tacoronte,que tienen una fantástica colección de cuadros de uno de los genios del surrealismo del siglo pasado. «No puedo irme de Canarias sin disfrutar de un acontecimiento de tanta belleza» repetía machaconamente,Juanjo Millás. Eduardo Haro y Gilberto ya se marcharon para siempre,dejando miles de piezas periodísticas de un valor incalculable. Tuve la fortuna de disfrutar de Gilberto casi una década de enseñanza y casi 30 años de amistad y de Eduardo Haro sólo unas horas. Inolvidables.
A Gilberto y supongo que también a Eduardo les hubiera encantado vivir para contarnos cómo ven la crisis de la sociedad española de los últimos años. No sólo la salvaje crisis económica que tiene a la mayoría de los ciudadanos y a las familias en la quiebra o al borde del abismo. Un país en la ruina y sin salida. Los que prometieron hace unos meses que nos iban a salvar nos están empujando los muy puñeteros al precipicio por mucho que intenten vender la heroicidad de conseguir cómo dicen en mi pueblo un «empréstamo» de 100 mil millones de euros. Si alguien conoce a «alguien» que preste el dinero con tanta generosidad que me lo presente. Así que ya puede usted ir a su oficina bancaria a pedir un crédito,renegociar la hipoteca de su vivienda o comprar un vehículo nuevo con el dinero que tienen. No importa si usted está parado de larga duración,tiene 4 hijos o que lleve cuatro meses sin pagar la letra de su casa con la que el banco le amenazaba con llevarlo al juzgado y enviarle a vivir debajo de un puente. Si tiene suerte,le pueden regalar hasta una televisión de 22 pulgadas o una vajilla de 6 piezas. Ya tendrán tiempo y descubrirán que todo es una gran estafa,una gran mentira y una gigantesca burla. Gilberto,que tenía una formidable capacidad intelectual y una aguda visión de la realidad de aquellos que ejercen responsabilidades políticas,decía con mucha frecuencia «que difícilmente encontraríamos un político capaz de leerse un libro entero porqué se marearía».
Él país está cayéndose a trozos y la manada de vividores e inútiles que ocupan los fastuosos despachos oficiales debatían hace unas horas en el Congreso las «ofensas» al himno de España en los recintos deportivos. Mientras se entretienen en algo «tan decisivo» para los ciudadanos,la prima de riesgo sigue disparada y los mercados europeos desconfían más de España que Rato de Rajoy (o al revés,si quieren).Durante el régimen anterior de la «denominación de origen ,España,Una,Grande y Libre»,un destacado dirigente sindical en el exilio acuñó una célebre frase «pues yo me quiero ir a la otra» y en éstos días circula por la redes sociales un mensaje que transmite el estado de ánimo y el tono dramático pero real de nuestra situación; según un conocido bloguero,Televisión Española,prepara para la próxima temporada la emisión diaria de «españoles en el mundo» porqué por esos mundos vamos a acabar todos.
Creen que nos engañan,pero se equivocan y se equivocan gravemente porque España cuenta seguramente con la generación de jóvenes más preparada de su historia y una formidable capacidad de conocimiento a través de internet. Las redes sociales los ha pillado,cómo ya dije aquí en otra ocasión a calzón quitado y no han sabido reaccionar ante tal avalancha. El fenómeno del 15M les dejó tocados y no quiero pensar lo que puede ocurrir en éste país si,después de llenar las cajas fuertes de los bancos y las ruinosas y politizadas cajas de ahorros,siguen sin dar créditos,ni negociar hipotecas.
El país seguirá arrastrándose a la ruina,el estallido social será imparable y Europa nos impondrá un presidente y un gobierno cómo ya hicieron en Grecia o Italia. Sólo espero que,si llegado el caso,se produce esa circunstancia no piensen en Rodrigo Rato; preferiría antes a Chiquito de la Calzada.
Acabo ya. Les cuento algo de Hermigua. La vergonzosa utilización que están haciendo estos días del Centro de Terapias Naturales de la playa de Santa Catalina demuestra una vez más que mucho antes que llegar a acuerdos,negociar e intentar solucionar el grave problema que han creado,prefieren tirarse al cogote y sacarse la piel a tiras. El espectáculo qué están dando es sencillamente bochornoso,pero al menos no cobran entrada; es gratis. Creo que el Ayuntamiento de Hermigua tiene razón,qué su alcaldesa está demostrando firmeza,aunque creo que no necesita intermediarios y que debería ponerse la ropa de faena y liderar ante las instituciones una reivindicación justa y proporcional a la época de enorme dificultad que estamos viviendo.
El Cabildo de La Gomera está demostrando en éste caso y en algunos otros una fragilidad y una debilidad inquietante. Muy preocupante. Si no lo arreglan,prefiero que cierren por vacaciones una larga temporada o cómo escribe en el portal de su casa éstos días un apasionado del fútbol cómo Eduardo Galeano «mi casa permanece cerrada para todos hasta que acabe la Eurocopa».