Después de siete años sin saborear el primer premio,los de Primi Rodríguez volvieron ayer a lo más alto del podio en el Concurso de Murgas de Santa Cruz de Tenerife,aunque en el debe de su galardón hay que apuntar,en mayúscula,que se impusieron en la final más pobre que se recuerda en años.
Un Estadio lejos del lleno con apenas 15.000 personas,una noche con frío y algo de lluvia hasta el ecuador fueron los agrios ingredientes adicionales a un repertorio casi para el olvido. Casi ni un solo tema para enmarcar,para recordar dentro de un par de años. Parecía la final más abierta de los últimos años y lo fue,pero en relación al amplio número de aspirantes a quedarse sin cartón.
La murga de el Cardonal no firmó una actuación brillante,pero dos temas equilibrados,con su sello,le bastaron. Con Seguimos indignados recrearon del citado movimiento de hace unos meses,una canción que tardó en arrancar pero que tuvo momentos brillantes con la exhibición de varios carteles de contenido local antes de un final con bastante contenido y aún más fuerza. En su segundo,La última canción. Bajo el argumento de la profecía maya que anuncia el final del mundo aprovecharon para no dejarse nada en el tintero.
Arremetieron,entre otros,contra Zerolo,y propusieron una barca similar a la de Noé pero no dejaron entrar al canarión «por ser un bicho raro por catalogar»,para finalizar recordando algunas de sus mejores y más comprometidas canciones de años anteriores.
Cuando parecía que la final terminaría de morir tras el pinchazo de las grandes,apareció Trapaseros en penúltimo lugar para hacerse con el segundo premio. Cumplieron el expediente con Una gran ovación por su gran gestión,en el que criticaron de forma irónica varios desmanes políticos. Pero su golpe sobre la mesa y,además,con una contundencia soberana,llegó con Nacío pa matar en misión de paz,en el que se convirtieron en un ejército. Escenografía exquisita –incluida una peluquería real–,y contenido variado. Hubo crítica,ironía y humor de forma equilibrada y constante. Los realejeros lo bordaron casi de principio a fin en lo que a modo de resumen se convirtió en un canto a la paz. Sin duda y con diferencia,la mejor canción de la noche.
En tercer lugar quedó Mamelucos,que pica premios once años después. Los de Toño Ramírez interpretaron un primer tema en el que jugaron con los colores para mezclar crítica y humor,y un segundo en el que hicieron un repaso por la historia de la vida en sus diversas épocas,pero adaptándolo a las temáticas actuales.
Al margen de los premios de Interpretación,en Presentación el máximo galardón se lo adjudicó Trabas con una fantasía de hechiceros. El segundo fue a caer a manos de Bambones,con una chaqueta pintada,mientras que las Mary Poppins de Desbokados se hicieron con el tercero.
Antes,mucho antes comenzó la fiesta. Lo hizo fuera del Estadio desde primera hora de la mañana,donde los más acérrimos seguidores acampaban dispuestos a esperar hasta la apertura de puerta,que se produjo a las 18:30 horas. Ambiente y ganas,pero lejos de los necesarios como para barruntar un lleno. El paso del tiempo confirmó lo que ya temía la organización del concurso cuando buena parte de las murgas –finalistas o no– devolvieron un buen número de localidades para la cita.
Con puntualidad inglesa,a las 20:30,arrancó la final con la presencia sobre las tablas de la Ni Fú-Ni Fá,habitual telonera. La decana fue recibida por unas gotas que amenazaron con estropear la fiesta. Bajo la batuta de Ulises Noda,la Fú-Fá trató de calentar la grada buscando a cada una de las aficiones,antes de dedicar su actuación a «dos grandes carnavaleros,Manolo Monzón y El Cotena». Interpretaron tres canciones. Primero Carnavá en Las Palmas,en el que arremetieron contra los grupos de la isla redonda,además de acusarles de «robarle a La Palma una fiesta como la de Los Indianos». A continuación interpretaron Canalla Coalición -dedicado a las Marchilongas-,cargando sobre el partido nacionalista; y acabaron con su tradicional Cubanito,en el que metieron con lo que sucedió en las elecciones,Zapatero,José Manuel Soria,los banqueros,Urdangarín y la Televisión Canaria,por ignorar a las murgas infantiles.
La organización seguía mirando al cielo mientras cruzaba los dedos. Mucha tensión por una posible suspensión. A ello se unía que las gradas no terminaron de llenarse. Solo en Tribuna no cabía un alma,pero muchos huecos en San Sebastián y casi nadie en Anfiteatro.