Hay momentos en la vida en los que se asume un especial sentido de la responsabilidad. Hoy tengo la responsabilidad de explicarles las razones por las que presento,irrevocablemente,mi dimisión como portavoz y miembro del Grupo Popular en el Ayuntamiento de San Sebastián de La Gomera. Pero ya les advierto que no esperen que relate cuestiones internas o consideraciones sobre terceras personas. Como dice la gente del fútbol “ lo que pasa en el campo,queda en el campo”.
No es una decisión fácil. Mirar atrás,ver todo el camino recorrido y recordar lo que ha costado le pone lastre a los pies para dar este paso. Pero hay momentos en los que te preguntas si prestas un mejor servicio al colectivo permaneciendo en un puesto o renunciando a él. Me voy sin que nadie me lo haya pedido. No me voy por cansancio,ni porque haya sufrido un revés superior a mi capacidad de encaje. No me voy por temor al futuro. Me voy porque las palabras no parecen ser suficientes y es preciso demostrar con hechos lo que somos y lo que queremos. Es un acto de estricta lealtad a mí mismo: De lealtad a la idea de un centro político (hay más cosas además de la izquierda o la derecha) interclasista y reformista. De lealtad a pensar que los modos y maneras que a menudo se utilizan para juzgar a las personas no son los más adecuados para una convivencia serena. De lealtad a aquellas personas que depositaron su confianza en una urna porque quieren algo distinto.
No me he quejado nunca de la crítica,que creo haberla aceptado adecuadamente. Pero me opongo frontalmente al uso inútil de la descalificación global,a lo visceral,a la pasión ciega antes que al razonamiento o al ataque personal porque creo que perjudica el normal y estable funcionamiento en las instituciones democráticas y la normal convivencia. Me opongo a defender intereses particulares,por mucho rédito político que te pueda dar,sobre los generales. Una institución no es un patio de colegio o una comunidad de vecinos. Sus decisiones afectan sobremanera a la vida de las personas y no hay que tomarlas a la ligera o al calor de una polémica puntual. Una polémica puntual que,además,no suele ser uno de los principales problemas del pueblo.
Entendí siempre que otra manera de hacer las cosas es posible. Es mi compromiso y lo que me ilusiona. La capacidad de la política para cambiar la realidad,pero cambiando previamente la realidad de la política. Pero hay que estar comprometido con ese cambio,cueste lo que cueste. Se trata de ser humanamente coherente.
Nadie puede decir que soy un ventajista de la política. Llegué en el 2008 con los vientos en contra y me voy en 2011 con un vendaval a favor. Si fueran otros mis intereses no hubiera obrado así. En todo caso,sí quiero dejar claro que no dejo la política y sigo a disposición de todos los vecinos y en particular de aquellos que compartan estas ideas.
Sigo creyendo en el legado político a los españoles del ex presidente Suárez,capaz de liderar (que es algo más que simplemente gobernar) a un país,tomando decisiones muy difíciles,incomprendidas y duramente criticadas,hasta contraproducentes para sí mismo,pero para las que el tiempo ha dado la razón. Siempre sin perder las formas.
No quisiera finalizar sin agradecer el apoyo,el esfuerzo de mis compañeros en este proyecto,quienes han recibido todas las explicaciones. Y si alguna ha faltado me pongo a su disposición. Y mi reconocimiento personal a los que me han entendido y además han dado el paso,no por lealtad a mí (saben que nunca la pido),sino a sus principios. Eso es lo que soporta y da solidez realmente a una organización,garantizando que un proyecto siga independientemente de quién esté al frente.