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Nadal en la final de Roland Garros

No fue seguramente la mejor versión del manacorí,que se regaló por su vigesimoquinto cumpleaños la posibilidad de pelear por su sexto entorchado en París,lo que le permitiría poder igualar al sueco Bjorn Borg. Su rival saldrá del enfrentamiento entre Novak Djokovic y el suizo Roger Federer.

El viento marcó el encuentro para ambos jugadores,que ofrecieron demasiadas concesiones a su rival,algo que favoreció al todavía número uno del mundo,mucho más certero en las ocasiones claves y demostrando que se mueve a las mil maravillas en la tierra batida,controlando el ímpetu de un Murray,cuyo tenis ha mejorado para poder intentar hacer buenas cosas en la arcilla roja.

Sin embargo,pese a que Nadal acabó «contento» el partido,largo pese a disputarse únicamente tres mangas,cedió al británico hasta 18 ocasiones de 'break',y llegó a cometer hasta 31 errores no forzados,algo poco habitual en el español en esta superficie.

De todos modos,resolvió siempre con mucha solidez los apuros en los que se encontró en un partido lleno de alternativas,y donde casi siempre llevó la delantera. Nadal fue mucho más incisivo en las opciones de rotura,y cada vez que rompió fue para coger la delantera,todo lo contrario que Murray,que debía ir a remolque y al que los largos peloteos y el esfuerzo le pasaron factura.

El tenista balear ha ido mejorando paulatinamente su tenis a lo largo del torneo. La victoria ante Robin Soderling debía ser un trampolín para afrontar a Murray,muy agresivo para intentar controlar a su rival,sobre todo con su afilado revés a dos manos,pero al que le falló el saque,fundamentalmente el segundo servicio.

GRAN INICIO.

Pero Nadal salió centrado y no desaprovechó sus ocasiones para situarse 5-1 arriba. Parecía que la manga estaba encarrilada,pero se despistó y permitió que el escocés se metiese en el encuentro y que incluso tuviese una bola de rotura con el balear sacando para ganar.

El pentacampeón del torneo salió adelante y pudo cerrar el parcial por 6-4. El cuarto favorito no se descentró y Nadal tuvo que seguir peleando para salvar sus saques,aunque nuevamente pudo imponer su mejor tenis para romper en el quinto juego,momento en el que se entró un carrusel de roturas,cuatro seguidas,que hacían pensar en una 'muerte súbita',situación que evitó el español,al hacerse con el undécimo juego y volver a sentenciar con su servicio (7-5).

Murray,lastrado por su gran cantidad de errores forzados (40) y por el desgaste de aguantar largos intercambios,hizo amago de irse del partido entonces. El balear rompió a las primeras de cambio,pero continuó sufriendo con su servicio,recuperándose ante todos los problemas con golpes geniales y agresivos,tanto con el 'drive' como con el revés a dos manos,a buen nivel en esta ocasión.

El tenista español,viendo cerca nuevamente el último domingo en la capital francesa,se agarró a la pista y sacó sus credenciales para mantener su ventaja y volver a saborear una final en París,y la duodécima en un 'Grand Slam'.

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