Quedan pocas horas para que el repique de campanas recuerde que,hace cuatrocientos años –exactamente un viernes 18 de marzo-,el convento de San Pedro Apóstol de Hermigua abrió sus puertas como centro religioso y motor económico,social y cultural del norte de la isla de La Gomera. Por tanto,recordar los acontecimientos relevantes de la isla siempre es importante,y más aún cuando estos tuvieron la trascendencia para una vecindad como lo fue el convento para Hermigua.
En aquellos tiempos,unos frailes procedentes de La Laguna y de Sevilla tomaron las llaves de la antigua ermita de San Pedro en presencia de los vecinos del valle y del notario público y dieron comienzo a una de las más brillantes etapas de la historia y el arte en la isla de La Gomera. La importancia de este convento no reside sólo en su arquitectura o en las obras de arte que atesora en su interior. Reside en la Historia (con mayúscula) y en el papel crucial que tuvo para la isla. Fue la primera escuela del norte de La Gomera. Sus frailes enseñaban gramática,retórica,teología… pero también a leer y a escribir a aquellos que entraban en sus muros con la finalidad de recibir conocimientos. Gracias al convento conocemos a muchas de las grandes familias de la historia de Hermigua y su papel en la donación de obras de arte: los Herrera Bohórquez,los Mora Melián,los Domínguez de Mora,los Salazar… quienes dotaron de retablos y esculturas al templo y quienes donaron las tierras donde hoy se levanta la iglesia y las dependencias de lo que fue el convento (celdas,refectorio,biblioteca…). Un verdadero generador de conocimiento.
Han sido muchísimas las horas que,tanto yo como Ricardo Valeriano,hemos dedicado a estudiar y a analizar la historia del convento y de Hermigua durante la Edad Moderna y que han quedado plasmadas en el libro que el sábado presentaremos en Hermigua y que titulamos “El convento de Hermigua: arte,historia y devoción (1611-2011)”. Un libro que espero ayude a que todos valorar uno de los tesoros más importantes de la isla y que tan importante ha sido y sigue siendo para los vecinos de Hermigua: su convento.
Sólo quería agradecer a todos los que han hecho posible estos actos,este libro,la exposición sobre la historia del convento. A todos,gracias. Pero,sobre todo,gracias a los vecinos de Hermigua por haber sabido preservar su historia y hacer de su parroquia un lugar vivo. Por todo ello,felicidades.