Recibir un trámite rechazado por culpa de un simple detalle en el documento puede retrasar visados, matriculaciones o juicios durante semanas. Por eso, antes de presentar cualquier papel traducido, conviene verificar que cumple todos los requisitos formales. Encargar el trabajo a un traductor jurado ruso acreditado es el primer paso, pero hay otros aspectos igual de decisivos.
1. Comprueba si necesitas una traducción jurada
No todas las gestiones exigen el mismo nivel de certificación, pero los ministerios, los juzgados, las oficinas de extranjería y la mayoría de universidades españolas solo aceptan traducciones juradas (traducción oficial con sello y firma del traductor registrado). Confirma este punto con la entidad receptora antes de pagar por el servicio.
2. Verifica la acreditación del traductor
Solo los profesionales inscritos en el Registro Oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores (MAEC) pueden firmar traducciones con validez legal en toda España. Busca su nombre en el listado público o pide copia del carné profesional. La firma, el sello y la fórmula de juramento deben figurar al final de cada documento traducido.
3. Revisa el formato que exige la institución
Las versiones impresas siguen siendo la norma, pero muchos organismos ya aceptan archivos PDF firmados con certificado digital cualificado. Si optas por la vía electrónica, comprueba que el certificado corresponda al traductor y que el visor PDF muestre la firma como “válida”. En caso de duda, entrega la copia en papel con sello húmedo.
4. Evita traducciones “corrientes” o automáticas
Un texto perfectamente entendido puede ser inadmitido si carece de sello oficial. Las traducciones realizadas por agencias generales o herramientas automáticas no tienen peso jurídico, aunque no contengan errores lingüísticos. A la larga resulta más caro rehacer el trabajo que encargarlo correctamente desde el principio.
5. Errores frecuentes que provocan rechazos
- Falta de firma o de sello del traductor.
- Traducción realizada fuera de España sin apostilla adicional.
- Idioma incorrecto (por ejemplo, ruso-inglés en lugar de ruso-español).
- Omisión de sellos, números de registro o notas marginales del original.
Conclusión
Una traducción jurada es mucho más que un texto en otro idioma: es un acto legal con validez oficial. Verifica el registro del profesional, el formato del documento y las exigencias concretas de la entidad receptora. Invertir unos minutos en estas comprobaciones te ahorrará semanas de trámites y segundas presentaciones.