El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Agrupación Socialista Gomera (ASG), Jesús Ramos, ha reivindicado esta semana a la Unión Europea (UE) planes específicos para el sector primario del archipiélago, a la vez que ha calificado de hipócritas las políticas que obliga a practicar a nuestros agricultores y ganaderos mientras cierra acuerdos, en ocasiones por la puerta de atrás, con terceros países que no cumplen las normas laborales y sanitarias básicas.
En este sentido, manifestó el apoyo de su formación al Gobierno de Canarias y a las asociaciones ligadas al sector primario, como ASAGA, UPA y COAG, en sus demandas de cambios en la aplicación de la Política Agraria Común (PAC), que tanto daño está haciendo a agricultores y ganaderos de las islas.
Jesús Ramos dijo que son políticas como estas las que están provocando que cada vez tengamos menos hectáreas cultivadas y que la gente abandone el campo, de ahí que sea necesario un plan específico para Canarias, porque “somos diferentes y no podemos aplicar políticas que se hacen a miles de kilómetros”, subrayó.
A juicio del diputado gomero, es clave que las obligaciones que se imponen al sector primario vengan acompañadas de financiación, pues los agricultores y los ganaderos no niegan que exista cambio climático ni rechazan cultivar la tierra de una manera más sostenible, pero necesitan medios para cambiar los sistemas actuales de trabajo.
El portavoz adjunto de ASG preguntó cómo la UE puede, por un lado, exigir a nuestros agricultores y ganaderos, que cumplen la normativa laboral, ambiental y un sinfín de normas más, desarrollar su trabajo teniendo en cuenta una serie de reglas, y, por otro, cierra acuerdos o contratos con países cuya normativa laboral deja mucho que desear, pues se explota a sus trabajadores, y tampoco ofrecen garantías sanitarias.
En esta línea, dijo que basta con visitar una granja cualquiera de las que hay en nuestro archipiélago para ver cómo nuestros ganaderos tratan a los animales y su sufrimiento cuando tienen que sacrificar a alguno de ellos porque no pueden alimentarlo, que es lo que está provocando la UE con sus políticas.