Los deportes son prácticas creadas por el hombre para poner a prueba sus límites físicos y mentales, tanto para disfrutar el momento como para competir. Dado a ello es usual encontrar deportes donde los practicantes se miden físicamente (como el boxeo) o mentalmente (como el ajedrez).

Sin embargo, desde hace un tiempo, en redes sociales y en portales de noticias se habla sobre los llamados deportes virtuales. Aunque esta actividad es muy popular actualmente, existe un gran desacuerdo sobre si estos pueden llamarse “deportes”.

La gran variedad de deportes virtuales es única: juegos de estrategia individual como Starcraft; combates de puntería y reacción en equipo, como Valorant o Counter Strike; e, incluso, juegos de destreza y velocidad como Super Smash o Street Fighter.

¡Los deportes virtuales llegaron para quedarse! En este artículo examinaremos este nuevo mundo y cómo ha llegado a ser lo que es hoy en día.

¿Qué se considera un deporte virtual?

Los llamados deportes virtuales son aquellas actividades de habilidad o destreza en las que poco a poco fueron surgiendo entornos competitivos virtuales. Aunque desde hace años existen torneos de videojuegos y enfrentamientos online, hoy en día han escalado a otro nivel.

La escena ha crecido hasta tal punto que podemos encontrar ligas completas y torneos de alta escala entre organizaciones. De igual manera, existen portales de apuestas deportivas en las que puedes colocar tus pronósticos en este tipo de “deportes”, así como sitios de noticias completamente dedicados a ellos.

En resumen, podemos decir que un videojuego se convierte en deporte virtual cuando dicha actividad es profesionalizada: el jugador tiene disciplina de aprendizaje sobre el juego, entrena (juega) constantemente, es patrocinado por organizaciones o individuos y compite contra otros para determinar quién es mejor.

No obstante, hay que tener en cuenta que dentro de este mundo existen dos grandes diferencias: los deportes virtuales y los e-sports. Los deportes virtuales son videojuegos deportivos en los que un software simula un partido o juego y se puede apostar en ellos.

Por otro lado, los e-sports o deportes electrónicos son todos aquellos videojuegos con torneos, ligas y competencias profesionales.

¿Pueden ser verdaderamente considerados “deportes”?

Aunque hubo muchas negativas por la adopción del término para estas actividades, al final no se pueden negar las similitudes. Los jugadores que dedican su tiempo a estos videojuegos lo hacen por varias horas al día, con serios regímenes de entrenamiento y en la búsqueda de mejorar frente a la escena competitiva.

A pesar de no medir la capacidad física o de pensamiento de manera directa como los deportes tradicionales, logran poner a prueba muchas facetas: velocidad de reacción, ideación de planes, conocimiento de estrategias, trabajo en equipo, destreza de juego, etc.

De igual manera, como los mejores jugadores de fútbol del mundo idean planes para anotar goles, un deportista virtual elabora estrategias para eliminar a su contrincante. A su vez, ambos necesitan desarrollar habilidades específicas para competir de la manera más eficiente posible.

No cualquiera tiene el temple y el talento para ser un deportista virtual, por lo que, al igual que en otras prácticas, sus estrellas son extremadamente cotizadas.

¿Podrán los deportes electrónicos llegar al nivel de los deportes clásicos?

La adopción, hoy en día, de los deportes electrónicos y virtuales es paulatina. Sin embargo, la nueva generación ha logrado asimilar las habilidades que se necesitan para participar en este ámbito. Tal como en otros tiempos varios soñaban con ser futbolistas profesionales, en la actualidad es común ver a muchos que sueñan con vivir de competir en videojuegos.

Aunque en un inicio hubo algunos detractores, poco a poco va en evolución, puesto que ahora encontramos sitios de apuestas especializados en esta práctica, canales de streaming donde se narran los eventos completos y una gran fanaticada que sigue a las organizaciones más populares.

Conforme pase el tiempo, cada vez más se aceptarán estos deportes virtuales. Esto hace que la pregunta no sea si llegaran a estar al mismo nivel, sino más bien cuándo lo harán o cuando los superarán.