Alejandro García Vera

No sé si recordarán la película “Atrapado en el Tiempo” de los años 90. En el film, el protagonista, interpretado por Bill Murray, se despertaba todos los días a las 6 de la mañana en el famoso Día de la Marmota. Había caído en una espiral cíclica en la que siempre se repetía la misma historia.

Pues aquí en La Gomera y, más concreto, en Vallehermoso, nos pasa lo mismo que a nuestro protagonista de la película. Y es que hace más de 20 años que se viene repitiendo la misma historia de siempre con el Parque Marítimo: ¿cuándo se va a abrir? Año tras año, vecinas y vecinos del pueblo vemos cómo, al igual que Bill Murray, llega el verano de otro año y nada se sabe y, lo que es más grave, nada se espera.

Resulta que este año es también particular porque tenemos unas “Lustrales” (de las que ya hemos hablado y que cada cual saque su opinión), y el estado de las piscinas parece el de una charca donde se puede dar cualquier tipo de vida animal: anfibios, mosquitos, algún mamífero que se aventure a beber esa agua…

Pero es que además, no es que estemos solo atrapados en el tiempo porque se repita la misma historia con su apertura, sino que seguimos condenados en el tiempo a que repite el ciclo de inversiones de dinero público en infraestructuras que están abandonadas, cerradas, dejadas de la “mano de Dios”.

Nótese esto último en el famoso Jardín Botánico, que en los últimos 7 años se han invertido más de 700 mil euros para que se llene de hierba; o también el Centro de Artesanía en el que se han gastado más de 400 mil euros para nada; por no hablar del Mirador del Almendrillo, que vio sus luces encendidas únicamente cuando vino Curbelo con su procesión política recordando a tiempos de rancias dictaduras.

Y esta vez, nos dicen que será la Consejería de Turismo (gestionada por ASG obviamente) la que tiene un plan infalible para salvar las infraestructuras pufas de La Gomera. Eso sí, con más inversión pública costeada por la gente. Y vemos, o mejor dicho, escuchamos, que si Hecansa se hará cargo, que si entregarán mediante encomiendas a Gesplan o Tragsa, que si no hay empresas que quieran asumir… Y seguimos despertándonos en el Día de la Marmota.

El protagonista de la película terminó redimiéndose a sí mismo, pasó de ser un ególatra a ser una persona solidaria y empática. En nuestras manos está que también en Vallehermoso y La Gomera despertemos de esta pesadilla, de este día que nunca se termina, que dejemos atrás el Día de la Marmota y recuperemos nuestro pueblo.