Manuel Fernando Martín Torres

No sé mucho de Benjamín Trujillo. Aunque era solamente tres años mayor que yo, sus vivencias y su trabajo transcurrieron en otros ámbitos. Lo conocí, simplemente, y precisamente por esa accidentalidad me animo a recordarlo, en la libertad que me asiste disponer una percepción que no obedece especialmente a la cercanía. Estas líneas, poco elaboradas porque aún estoy sorprendido por la noticia, van en agradecimiento a su reconocible quehacer como comunicador reflexivo, a su talento, y calculo que como lector curioso era, también en algún modo le habría interesado leerlas. Supongo.

Cuando empecé a trabajar en La Gomera (en la planta baja del edificio de la Delegación de Gobierno) era alcalde de San Sebastián y una o dos veces subimos al despacho para contarle alguno de las ideas en que trabajábamos. Me pareció receptivo, alguien que se sorprendía de poco, y capaz de escuchar pacientemente y con una sonrisa que yo percibía franca y amable.

Se puede decir que, junto a media docena de titulados de San Sebastián en edad parecida, representaba – en aquel tiempo y en décadas posteriores- el “corpus ideológico/intelectual” del Partido Socialista Obrero Español en La Gomera.

En su etapa de la Escuela Insular de Medios Audiovisuales le escuché en la radio, y pude participar en alguno de sus programas que trataban de lo social y lo económico en nuestra isla. Intentaba ahondar el porqué de las cosas y que, a pesar de su compromiso ideológico, entiendo que se esforzaba en alejarse de lo superfluo, de lo gratuito, o de las banalidades propagandísticas. Con voz de locutor de radio, le era atribuible sobrado empaque para ser un buen profesional de ese ámbito.

En alguna ocasión, ya más recientemente, nos vimos por Vallehermoso a cuento de intercambiarnos algún libro. Era de verdadero agrado escuchar sus reflexiones sobre la isla y sobre otros asuntos culturales o deportivos. Se me antojaba que era capaz de ofrecer una versión y también una visión diferente, muy personal, de muchos asuntos.

Le caracterizaba una encomiable forma de percibir el arte y de desplegar apoyo y cercanía a los artistas gomeros. No tienen desperdicio sus artículos monográficos, en los que describía el perfil humano y creativo de algunos artistas gomeros.

Manifiesto igualmente que me gustaron y me gustan sus artículos periódicos en el digital Gomera Noticias. Una mirada a los paisajes y los paisanos gomeros que ya es legado. Creo que muchos nos identificamos con su forma de interpretar nuestra realidad, y además de ello, le agradecemos su esfuerzo por realizar esa transmisión de ideas en un lenguaje afectivo y llano. El artículo en el que describe recuerdos y vivencias en Vallehermoso emociona.

Hace unos seis meses nos vimos en Inta, acababa de comer y nos saludamos. Tuve la oportunidad de decirle, entre risas, buena parte de lo ahora escrito.

Descanse en paz.