A lo largo de nuestras vidas, seguramente, hayamos visto uno que otro símbolo que nos haya llamado la atención, un claro ejemplo de estos, es el Draumstafir. Un símbolo que se puede encontrar dentro de la mitología nórdica, en concreto es un símbolo perteneciente a Islandia.

A este se le conoce como un símbolo mágico, que puede representar uno de los deseos más grandes de los seres humanos.

Uno de los aspectos que más caracteriza a la mitología nórdica es el uso de ciertos talismanes, los cuales servían para cumplir deseo. Estos se podían ver en la época medieval, por ejemplo, en Islandia había símbolos específicos para cada uno de los deseos que se quisiera cumplir.

Entre ellos, obviamente, estaba el Draumstafir, el cual se presume daba a las personas el poder de hacer uso de los más profundos deseos del corazón y luego transfigurarlos en sueños.

Antes de entrar en detalles sobre el significado y otros aspectos de este símbolo mágico, debemos saber que en Islandia a estos se les conoce como “galdrastafir” o rúnicos. Con esto en mente el símbolo Draumstafir, por lo general era tallado en materiales como plata o cuero, que tenían colores claros como el blanco.

Lo normal era que fueran usados en las épocas de San Juan por las noches para dormir y se solía llevar a cabo un ritual. Al hacer esto se dormía encima de estos símbolos, lo cual en teoría nos iba a permitir soñar con lo que más deseamos. Los creyentes de este y muchos otros símbolos aseguran que estas runas mágicas se encontraban dotadas de poderes sobrenaturales.

Teniendo los mismos la capacidad de cumplir ciertos deseos de acuerdo con las formas de estas runas, por lo que aquellas personas que hicieran uso constante de ellas verían los resultados. Dentro de lo que es la cultura nórdica, podemos encontrar muchos símbolos, sobre todo en a las épocas medievales, momento en el que se tenían ciertas creencias hacia los objetos dotados de poderes.

Esta creencia se debe a las condiciones en las que se vivían en el aquel entonces, como consecuencias las personas comenzaron a tener una fuerte creencia hacia los símbolos mágicos. De este modo, símbolos como Draumstafir, eran la base para la creación de runas que permitan dar buenas cosechas, tener campos fértiles e incluso algunos servían para contrarrestar los malos deseos de los enemigos.

Como resultado de todo, esto la creencia en los símbolos aumenta considerablemente, hasta el punto en el que se opta por desarrollar poderes en busca de buenas parejas, deseos anhelados y sueños por cumplir.

Por ejemplo, la runa Að unni “para conseguir una mujer” el cual como su nombre nos indica lo usa un hombre enamorado para obtener el afecto de la persona objeto de sus deseos. Al igual que este existen muchos otros símbolos como Ægishjálmur, el cual es un hechizo de terror, que funciona para inducir miedo al contrario y protegernos del abuso de poder.

Angurgapi y Brýnslustafir, son otros símbolos mágicos como el Draumstafir. El primero de ellos no tiene un propósito claro, pero se sabe que es grabado en el fondo de los barriles y el segundo es usado en piedras de amolar. Otro símbolo es Stafur til að vekja upp draug el cual era usado para invocar fantasmas y espíritus malvados.

Es importante mencionar que la historia de los símbolos es bastante antigua, de hecho, las pruebas más viejas que se tiene se remontan a siglo XVII (17). Estas pruebas son en su mayoría almacenadas y conservadas en importes grimorios. Recuerda que, los grimorios, se conocen como esos libros antiguos con mucha historia y el conocimiento adquirido en el tiempo de la época mágica en Europa.

Esta última se desarrolló aproximadamente en la mitad de la Baja edad media (Siglo XII), hasta el siglo XVIII. Al ojear algunos grimorios podemos percatarnos como abarca conocimientos interesantes, como la mitología de la astrología, transformación de las brujas o hechiceros, hechizos y poderes y sus usos, existencia de ángeles y demonios, etc.

Un punto importante a mencionar es que se piensa que parte del conocimiento sobre la magia que surgió en Europa y América, viene en realidad del oriente, en concreto de los árabes. La cual por medio de traducciones y modificaciones se asoció con el conocimiento del occidente.