Alberto Fernández saluda a Cristina Fernández tras conocer el resultado electoral. DANIEL JAYO AP

El peronista Alberto Fernández, abogado de 60 años, será el próximo presidente de Argentina, tras ganar las elecciones de este domingo sin necesidad de segunda vuelta con el 47% de los votos (91% escrutado). Como era más que previsible, el presidente liberal Mauricio Macri no obró el milagro que había prometido a sus fieles en las últimas semanas y quedó en segundo lugar con casi el 41% de los sufragios.

Según informa La Vanguardia, Fernández gobernará junto a su flamante vicepresidenta electa, nada menos que la exmandataria (2007-2015) Cristina Fernández de Kirchner, que durante estos cuatro años fuera del poder ha acumulado trece procesamientos –la mayoría por corrupcion– y siete órdenes de prisión preventiva que no se ha podido hacer efectiva porque el Senado, de mayoría peronista, ha negado su desafuero. No obstante, los problemas judiciales de Kirchner no han sido un obstáculo para la victoria del peronismo. Al contrario, la expresidenta conserva por sí sola un elevado caudal de votos que decidió poner al servicio del Partido Justicialista, que se reunificó casi totalmente en torno a Fernández bajo la coalición Frente de Todos. La estrategia dio sus frutos. Sólo una porción del peronismo moderado se mantuvo al margen y apoyó la candidatura del exministro de Economía, Roberto Lavagna, que quedó tercero con el 6% de los votos.

El regreso al poder del peronismo estaba cantado desde las primarias obligatorias del 11 de agosto, donde Fernández se impuso a Macri por 16 puntos, un resultado inesperado por lo abultado. Sin embargo y aunque no logró forzar una segunda vuelta como fue su objetivo de campaña bajo el lema “Sí se puede”, el presidente consiguió finalmente reducir la brecha y no perder por los veinte puntos que vaticinaban las encuestas. El voto útil de derechas se concentró en torno al mandatario para intentar frenar al justicialismo y los dos candidatos más conservadores que Macri vieron sus apoyos reducidos a poco más del 1%.

Miles de personas de personas festejaban anoche la victoria del peronismo a las afueras del centro cultural elegido por el Frente de Todos para esperar los resultados, situado en el barrio porteño de Chacarita, en plena calle Corrientes. Mientras tanto, en el Banco Central se celebraba una reunión para evaluar medidas que mitigaran la esperable reacción negativa de los mercados. Tras las primarias, la alta probabilidad de que el peronismo reunificado regresara al poder, con la presencia de Kirchner, ahora como vicepresidenta, desató la reacción negativa de los mercados, con la consiguiente devaluación del peso de un 30% en la semana posterior y los argentinos acudiendo en masa a los bancos para retirar sus depósitos o convertirlos en dólares.

El gobierno se vio obligado a tomar medidas para restringir la compra de dólares, que a partir de hoy podrían incrementarse. Por ello, además de los candidatos presidenciales, la persona más buscada este domingo por los periodistas fue el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza. “Estamos todos votando, me parece prematuro, pero estamos preparados para cualquier escenario, lo importante en este momento es que cada ciudadano ejerza su derecho y su deber”, declaró al acudir al colegio electoral. “Somos los primeros atentos a que la incertidumbre afecte lo menos posible a la población y las medidas que tomamos tienen un norte exclusivamente para bajar la incertidumbre y atender las necesidades básicas de la población”, añadió Lacunza.

A pesar de que el regreso del peronismo se daba por hecho desde agosto, la semana pasada el peso se devaluó más de un 7%, lo que hace creer que las sorpresas financieras no han concluido. Por este motivo, Fernández también llamó ayer a la tranquilidad cuando acudió a votar. El líder del peronismo habló ya con el convencimiento de ser el presidente electo. “Vamos a trabajar todos juntos por un país mejor, se terminó el nosotros y ellos”, agregó, en relación a la llamada grieta política, profundizada por el kirchnerismo y mantenida por el macrismo como estrategia electoralista.

SEGUIR LEYENDO