Abraham Darias Barroso

Lo hago por una deuda pendiente. Algo personal. Ese tipo de contratos que te vinculan al nacer. Con la Isla y el entorno. También con las personas que me fueron moldeando los primeros años de colegio, en los partidos entre amigos, sus historias personales y ahora, algo mayores que entonces, con la historia que tienen a medio escribir. La política trata de eso: empatizar con el vecino y el paisano; alcanzar ser lo mejor de uno mismo para, en un servicio a tiempo completo, llegar a ser bueno para con los demás.

 

Siempre he defendido la idea, y no porque la dijese yo, de que la política es un ejercicio noble. Un territorio que colinda con la vocación y el sacrificio personal. Una especie de herramienta común para el diseño de propuestas de cambio. En definitiva, la catapulta a las ideas de progreso. Quiero decir con esto que –al menos quien firma esta opinión– hemos subido a la ola de un partido responsable con lo que hace. Les cuento.

 

Cada calle que va por nuestros pueblos tiene un mundo particular. Paseándolas con atención percibiréis sus lamentos: lo caro que se ha vuelto vivir: la fruta, los libros, el hogar, la salud de los niños, la nostalgia de la voz del hijo que emigró. Mirad alrededor y ved si encontráis espacios limpios, accesibles, abiertos a mascotas. Detened vuestra mirada en la suciedad del suelo: ¿no merecemos algo mejor? Éste es, probablemente, el momento más importante. El instante en que te confieso que, de todo cuanto he podido llegar a ver, algo le duele a esta tierra cuando Coalición no está.

 

Y habrá quien dirá que qué necesidad había –¡Ay! Mi chiquito…– de meterse en estas cosas, tan malas a veces, habiendo sacado lo suyo, enseñando, y rodeado de gente buena a la que llama amigos. Y yo les diré que es un compromiso. Conmigo y para con los demás. Otra forma que existe de tomar partido. De participar. Del mismo modo con el que me acerco al alumnado: con la voluntad abierta, la escucha atenta y priorizando la persuasión ante la fuerza.

 

Habréis oído decir que a Canarias se la respeta. Ustedes y yo –estoy seguro– añadiríamos que también hay que quererla, como hacemos con nuestros tesoros sentimentales. Hacer de cada rincón, de cada playa y de cada paso una extensión de nuestro propio corazón. Y yo puedo asumir ese compromiso: en pago de mi deuda, haré de Canarias un poquito más mía, deseando que a la vez me hagas un poquito más tuyo

Abraham Darias es candidato en la lista regional a Parlamento de Canarias por Jóvenes Nacionalistas de Canarias.