Puesta de Sol desde alta mar (foto gomeranoticias)

El verano de 2018, que ha arrancado este mediodía, se prevé que en Canarias sea «más frío de lo normal», mientras en el conjunto nacional será el menos caluroso de los últimos cuatro años en el conjunto de España menos en Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares, donde podría ser algo más cálido de lo normal, tras una primavera fría y la «más lluviosa» desde 1965, según ha informado la portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Ana Casals.

Durante la rueda de prensa estacional de la AEMET, la portavoz ha precisado que «este verano puede ser menos caluroso que los últimos tres años» que fueron de los más cálidos desde que hay registros y tuvieron una temperatura media de 24,7ºC (2017), 24,2ºC (2016) y 24,5ºC (2015), es decir, hasta casi dos grados centígrados más que la media del verano en España en el periodo de referencia, que se sitúa en 23ºC. Además, ha adelantado que «aunque no se descartan», de momento no se observan olas de calor.

En cuanto a las precipitaciones, la portavoz ha explicado que los modelos de predicción estacional no observan ninguna señal climatológica significativa o concluyente, de modo que no se ha pronunciado sobre si lloverá más o menos. De momento, ha dicho que «la mejor predicción es la climatología».

Casal ha calificado de «atípica» la primavera (marzo, abril y mayo) de este año, que comenzó con un calentamiento repentino de la Estratosfera que «ha roto el ciclo de sequía» al producir variaciones climáticas. Como consecuencia del la corriente en chorro polar las borrascas y sus frentes se desplazaron hacia latitudes más bajas. De este modo, ha precisado que se formó un tren de borrascas atlánticas que afectaron a la Península.

De hecho, ha recordado las borrascas intensas y sucesivas de marzo, Enma, Félix, Gisele y Hugo que afectaron a toda España y dejaron solo en la primera quincena del mes más del doble de lo normal en todo el mes de marzo y, al final, ese mees terminó con un 347 por ciento más del valor normal. Esto es, que llovió casi 3,5 veces más de lo habitual para esa treintena.