Winnie Mandela en Johannesburgo el pasado 20 de diciembre. GULSHAN KHAN (AFP) REUTERS-QUALITY

Winnie Madikizela-Mandela, exesposa del que fuera presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela (1918-2013), y uno de los emblemas de la lucha contra elapartheid, ha fallecido este lunes a los 81 años como consecuencia de una «larga enfermedad», según ha informado su asistente personal, Zodwa Zwane, al periódico local Times. «Con gran tristeza informamos al público de que Winnie Madikizela Mandela falleció en el hospital Milkpark de Johannesburgo el lunes 2 de abril», ha declarado el portavoz Victor Dlamini en un comunicado. La reconocida activista, nacida en Bizana en 1936, sufrió una infección en los riñones por la que fue hospitalizada.

«Ha sucumbido pacíficamente a primeras horas de la tarde de este lunes, rodeada de su familia y sus seres queridos», añade la nota. La familia precisará próximamente los detalles sobre el funeral y actos de conmemoración. La reconocida activista (Bizana, Cabo Oriental, 1936) fue internada y dada de alta en varias ocasiones durante los últimos meses. De hecho, llevaba hospitalizada en el Hospital Milpark de Johannesburgo desde principios de año por una infección renal, tal y como ha recogido el portal Eye Witness News.

Madikizela-Mandela luchó en la clandestinidad durante los 27 años que su marido estuvo preso. En 1994, tras las primeras elecciones democráticas, fue nombrada diputada y viceministra de Arte y Cultura. Desde entonces, era diputada, a pesar de las pocas apariciones en público durante los últimos años. Aclamada como madre de la «nueva» Sudáfrica, Madikizela-Mandela fue torturada y pasó grandes penurias, como perder los trabajos con los que mantenía a sus dos hijas pequeñas, fue desterrada a centenares de kilómetros de su casa, y sufrió arresto domiciliario y reclusión sin juicio.

Winnie y Nelson Mandela se conocieron en 1957 y contrajeron matrimonio en 1958. Se separaron en 1992, dos años después de la salida de Madiba de la cárcel —tras 27 años preso— y dos años antes de que él se convirtiera en el primer presidente negro de Sudáfrica. Su divorcio se hizo efectivo en 1996.

El periodo más largo que pasó en prisión fue entre mayo de 1969 y septiembre de 1970. Cuando Mandela cumplía cadena perpetua en Robben Island cuando, aplicándole la Ley Terrorista, la policía la detuvo en su casa de Soweto, en presencia de las dos hijas, y la confinó en la prisión de Pretoria.

Con el tiempo, la reputación de la exmujer de Mandela se vio marcada por varias acusaciones de brutalidad extrema hacia varios supuestos delincuentes. Algunos medios le recriminaron su radicalismo y mala conducta, actitudes contrarias a la lucha de su exmarido por la inclusión racial. En la actualidad, Madikizela-Mandela continúa siendo una figura de referencia dentro del Congreso Nacional Africano (CNA), gobernante en Sudáfrica desde las primeras elecciones democráticas, tras el fin del apartheid, en las que se alzó con la victoria su exmarido en 1994.

La activista mantiene una base de apoyo popular, si bien ha recibido numerosas críticas por su apoyo a tácticas violentas para acabar con el Apartheid, incluso en momentos en los que su esposo abogaba por la reconciliación. Entre los casos más sonados figura su condena por el rapto y asesinato del activista Stompie Seipei, quien fue degollado tras ser acusado de ser un informante.

Tras el proceso de apelación fue condenada a pagar una multa. La Comisión para la Verdad y la Reconciliación afirmó en su informe final en 1998 que Madikizela-Mandela era «política y moralmente responsable de graves violaciones de los Derechos Humanos» por parte de un grupo de Soweto conocido como Mandela United Football Club.